12 de septiembre de 2011

A dos días

A dos días del encuentro de Mons. Fellay, Superior General de la FSSPX con la Sante Sede en vistas a las conclusiones sobre las "discusiones" doctrinales que se mantuvieron hasta el momento.

Proliferan por la web, como siempre resalto, toda clase de opiniones al respecto, aunque generalmente se agrupan en tres tendencias, para hacerlo más claro.

  1. Los progresistas (católicos o no), están de acuerdo en un punto, al menos: dentro de la Iglesia católica no hay espacio para ellos -los de la FSSPX. Numerosos medios de corte liberal han lanzado sugestivos titulares cual consigna alarmante, entre ellos ACI Prensa y otros locales. Rechazan de lleno cualquier tentativa que logre unir a la Iglesia; uno de los argumentos en la decisión de no aceptar todo el contenido del Concilio Vaticano II, tal como resaltaron diversos medios.
  2. Los católicos que desean un status canónico para la FSSPX. Este grupo es de lo más variado. Son católicos conservadores (que aceptan la validez e igualdad del Novus Ordo frente a la Misa tridentina, pero que quieren contrarrestar el avance del progresismo modernista), los católicos tradicionales (que aceptan la validez del N.O. pero ven en la Misa tridentina el espejo y zenith de la más completa y pura Doctrina, Liturgia y Tradición de la Iglesia), los católicos tradicionalistas (afiliados o ex-afiliados a la FSSPX que ven la hora de una unión perfecta con Roma, aún cuando quedan incógnitas a resolver), y por último, católicos desinteresados (en cuestiones técnicas) que simplemente desean la unión plena, más allá de las diferencias y matices que puedan haber entre medio. Este último grupo a menudo es el más criticado por su aparente falta de compromiso con la cuestión tradicional, y son acusados de ser cómplices de ir tras las cuestiones políticas (entiéndase por el tema del status, de las legitimidades, de las jurisdicciones, etc.) y dejar de lado temas esenciales de la Fe (lo cual "no se negocia"). Probablemente sean ellos los que más oración y sacrificio hagan por ello.
  3. Los católicos y "católicos" en contra de la regularización estatal de la FSSPX (pero completamente opuestos a los del punto 1). Aquí se puede hablar de varios católicos de la FSSPX y de hombres de las filas sedevacantistas (que ven temerosamente en la FSSPX su último bastión organizado), en general. Lo que los caracteriza a menudo es un fanatismo desmedido -irracional, ilógico- que siempre versa sobre los mismos puntos aparentemente conflictivos entre los principios de la FSSPX y los de Roma. Muchos se adjudican la potestad y legado de la Iglesia católica en la FSSPX, mientras que Roma "está manejada por una secta" y es una Babilonia. Si hay un grupo de oposición más fuerte, será este. Pero de este punto voy a hablar en una entrada posterior.
Los únicos que van a estar contentos si sucede algo positivo, que no necesariamente puede llegar a ser una proposición, como muchos creen, aunque de por sí sería una excelente noticia, serán efectivamente los del punto 2. Ellos, creo yo, son la verdadera Iglesia. Esos católicos simples, de humildad, que encuentran a un Cristo inmolado hasta en la peor de las misas "nuevas" (me refiero a los accidentes, no a la sustancia, aclaro); esos que rezan por el amor y la paz, conceptos que hoy día parecen estúpidos o "ingenuos" para otros que debaten (sí, debaten, no es más que opinología), sobre la legitimidad del papa, o sobre si hay derecho o no a cambiar elementos, etc. Esos católicos conservadores y tradicionales también, que pelean cada día el buen combate de la Fe ("Certa bonum certamen fidei", 1Tim VI, 12) para dignificar y glorificar a Cristo, denunciado abusos litúrgicos, defendiendo la Tradición y la Fe de Cristo... Y también aquellos católicos de la FSSPX que de buen corazón aciertan en volver a estar abrazados estrechamente a Pedro, sin obstáculos por medio. Ese es el verdadero núcleo y futuro de nuestra Iglesia.

Dentro de cincuenta o cien años, cuando la Iglesia sea cada vez más perseguida, solamente permanecerán los fieles. Los verdaderos fieles a Cristo; los tibios y los que huyen ante los desastres humanos que ocurren dentro de la Iglesia militante a la primera oportunidad, no serán el futuro. La Misa "nueva", como le llaman algunos probablemente desaparecerá frente al uso excelso de la Misa tridentina (la llamada erróneamente "de siempre"). Los "errores" o incógnitas conciliares del CV II se resolverán con el tiempo; se dará por añadidura, porque es la Iglesia de Cristo. Y así las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.


+Pax et Bonum+

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