29 de enero de 2012

Prudentia


Teniendo en cuenta las recientes manifestaciones que vemos desde Roma, en aparente aceptación progresiva de las actividades extra-litúrgicas, he decidido suprimir la entrada titulada "El Camino Neocatecumenal".

Kiko Argüello, co-fundador del C.N. besa el anillo del Sumo Pontífice

En aquella entrada, aún previniendo que no se trataba de ofender ni a la organización misma ni a sus miembros ni a sus simpatizantes, se desarrollaba un breve resumen elaborado en base a una obra titulada "Las herejías del Camino Neocatecumenal", escrito por el sacerdote pasionista R.P. Enrico Zoffoli, teólogo italiano. En ningún punto del post se afirmaba que las críticas del P. Zoffoli fueran totalmente válidas o correctas, aunque estaban desarrolladas a partir de la lectura de los estatutos del C. N. mismo, presentes en su página web oficial. En general sostengo que tiene una elaboración compleja y que habría que re-ver -y corregir si es oportuno- algunos puntos de la crítica que parecen algo desmesurados o exagerados.

Dado que el post en sí ha suscitado cierta polémica a la que no estoy habituado en este medio (al menos en el mío, claro), y sobre todo teniendo en cuenta que el propósito de este blog no es el análisis doctrinal o la apologética misma (si no que son cuestiones secundarios), he decidido a la luz de los nuevos acontecimientos acaecidos sobre esta organización eliminar la entrada. Prudentia et sapientia.

En fin, por sus frutos los conoceréis (Mt. VII, 20).

28 de enero de 2012

Mons. Agostini y el Usus Antiquor

El pasado domingo 15 Monseñor  Marco Agostini , oficial de la segunda sección de la secretaría de Estado, y uno de los Maestros de Ceremonia pontificio ofició la Santa Misa en la Parroquia de la Santísima Trinidad de los Peregrinos, en Roma, según la forma extraordinaria del Rito Romano (con el Misal del Beato Juan XXIII).

Mons. Marco Agostini

Parroquia de la Santísima Trinidad de los Peregrinos.

Riposte Catholique, que titula su artículo al respecto "Un nouveau pas vers la célébration de la forme extraordinaire par le pape ?" comenta que es la primera vez que uno de los ceremonieros ponitificios celebra en público la liturgia tradicional, y que, de darse en forma regular podría vaticinar futuras celebraciones en la misma forma del Rito del Maestro de Ceremonias litúrgicas pontificales, Mons. Guido Marini, y que ésto podría influir en las celebraciones del Santo Padre. En pocas palabras: nos da una cierta esperanza de que quizás el Santo Padre llegue a oficiar públicamente la Misa tradicional, cosa que no es poco.

En cuanto a Mons. Agostini, ha celebrado esta Santa Misa en la Parroquia de la Santísima Trinidad de los Peregrinos que ha sido instituida exclusivamente para la celebración del Usus Antiquor y ha sido confiada a la Fraternidad San Pedro.

Aquí, junto a Mons. Patrick Descourtieux (oficial de la Comisión Pontificia Ecclesia Dei), sirviendo en el Lavabo (familiares, osea, asistentes del obispo) durante la Santa Misa Pontifical oficiada por el Emmo y Rvmmo Cardenal Brandmüller. Para más información, vea aquí.

Rebelión en la granja


Es ya tristemente de dominio público el tema de los clérigos austríacos (alrededor de trescientos) que se juntaron por un "llamamiento de conciencia" (!), dado que al parecer los obispos locales son unos inútiles que no les dan bolilla, y ni hablar del Papa, y ellos por supuesto que tienen algo muy importante para manifestar al mundo... ¿Para, entonces, el "llamamiento de conciencia"? Para lo de siempre: eliminar el celibato, permitir la comunión a divorciados vueltos a "casar" (a contratar por la ley civil), intercomunión con las "iglesias" y congregaciones protestantes, etc. Y ni hablar de las "Eucaristías sin sacerdote" que quieren instalar también:
"Evitaremos en la medida de lo posible celebrar los domingos o los festivos más de una misa o recurrir a la ayuda de sacerdotes itinerantes o de otras parroquias. Mejor un servicio de la palabra organizado por nosotros, que la performance de un visitante en la liturgia".
"En el futuro tomaremos en consideración un servicio de la palabra en el que se distribuya la Comunión entendida como 'Eucaristía sin sacerdote' y la llamaremos precisamente así. De este modo cumplimos nuestra obligación dominical"
Así se perfilando las "propuestas" que surgen de la "Inictiativa de los párrocos", con el hereje-de-facto-sacerdote Helmut Schüller, que, para variar, se hace eco en los medios de comunicación con el "Llamamiento a la desobediencia que dice:
"La negativa de Roma de dar inicio a una reforma de la Iglesia, necesaria desde hace algún tiempo, y la inactividad de nuestros obispos no solo nos permiten, sino que nos obligan, a seguir los dictados de nuestra conciencia poniéndonos en marcha de manera autónoma".

P. Helmut Schüller

Y por supuesto que esta propuesta les vino maravillosa a las organizaciones de "ex-curas" (sacerdotes que cuelgan el cuellito ante la primera hembra que se les cruza) y sacerdotes que por alguna extraña razón no se los ha declarado herejes o se les ha suspendido el ministerio, y cuyo principal eco se da en la protestantizada Alemania (ninguna novedad), en la secularizada Francia y en la liberal Australia.

Algo de razón deben de tener sobre los obispos austríacos por su muy tardía reacción (o al menos la escasa que se les conoce por medio de la prensa católica). Pero ahora, Deo Gratias, el Santo Padre se ha calzado las cáligas y convoca a los personajes más importantes de la Conferencia Episcopal Austríaca, además del Secretario de Estado vaticano, y los de las Congregaciones para la los Obispos y para el Clero y el de la Doctrina de la Fe.

Representantes de los obispos austríacos: Christoph Schönborn (Cardenal Arzobispo de Viena), Alois Kothgasser (Arzobispo de Salzburgo)...

... y por los obispos de Graz y Sankt Pölten, Egon Kapellari y Klaus Küng.

Secretum Meum Mihi dice al respecto, citando un artículo firmado por Guido Horst y publicado originalmente en Die Tagespost, (Ene-25-2012) y del cual Vatican Insider ofrece la siguiente tradución al español:
"El objetivo por parte del Vaticano era entre otras cosas, evaluar atentamente, por medio de preguntas específicas y profundas, la entidad de la apostasía que se perfila y que podría terminar convirtiéndose en cisma de la Iglesia."
Pues bien, esperemos que haya una pronta solución y que el ya casi evidente cisma sea contenido al menos en su mínima expresión. Concluye el anterior artículo citado:
"Pero los obispos austriacos prefieren abstenerse de un total "showdown" ante los reflectores –como lo ha definido una vez por el portavoz de Schönborn-, por una parte –como se dice en la Plaza de San Esteban de Viena- porque una batalla en los medios de comunicación contra Helmut Schüller no haría que el autor volviera al redil, ni tampoco los simpatizantes de la "Iniciativa de los párrocos", y por otra porque la secularización de Austria, antes un país católico, se encuentra en una fase avanzada, tan avanzada que una medida disciplinaria de los obispos hacia un sacerdote cismático y herético, hay que decirlo, no sería comprendida por la mayor parte de los católicos. En este escenario el cisma quizás es sólo una cuestión de pretensiones y de nimiedades."

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Orate pro Ecclesia Unitatis. 

12 de enero de 2012

"Reflexiones sobre la situación de la Fraternidad San Pio X"

El día número 7 del corriente José Miguel Arráiz publicó en la página Infocatólica un artículo (cuyo título es título de esta entrada) y donde dedica tiempo y espacio a desenredar y desenmarañar algunos argumentos falaces, incompletos, parciales o falsos que esgrimen laicos o religiosos de la FSSPX con ánimo de convencer a católicos descarriados -o aún de buena voluntad- de unirse a las "filas de la Tradición" o aún de la "verdadera Iglesia". Este artículo, aclaro, no pretende criticar a la FSSPX en sí misma, si no dejar bien en claro su situación actual para no caer en falsas o parciales suposiciones.

Por ello, con el debido permiso de reproducción de su autor, se los dejo a continuación:

[Nota: al final del artículo original, que pueden consultar en el enlace anterior, hay toda una serie de comentarios que el lector puede revisar en procura de otros elementos que no hayan sido necesariamente analizados en el artículo mismo y que el autor consideró necesario citar o reiterar. Personalmente no voy a tomarme el mismo trabajo, así que todos aquellos comentarios que reciba y que no estime pertinentes al post (dado que estoy citando un trabajo ajeno) no los publicaré. Si desean hacerlos, háganlos en el original.]



Recientemente el padre José María Iraburu ha hecho en su blog un resumen bastante completo sobre la situación de la Fraternidad San Pio X, acompañado de una serie de reflexiones que yo suscribo en su totalidad, por lo que quiero aprovechar también de hacer algunas observaciones sobre el tema, en base a algunos comentarios que he visto en la blogósfera vinculada a los sitios simpatizantes al lefebvrismo.

¿Por qué tratar el tema ahora?

Cuando escribo este tipo de post, siempre recibo, de parte de algunos lectores, una numerosa cantidad de comentarios que expresan que tratar el tema del lefebvrismo puede obstaculizar de alguna manera el regreso de estos hermanos a unidad. Algunos dirán que es completamente inoportuno, y otros pensarán que es una falta a la caridad, por lo que en esta ocasión he pensado responderles anticipadamente:
Me parece importante tratar el tema del lefebvismo, porque es un hecho en mi opinión indiscutible, que muchos partidarios y simpatizantes de la ideología lefebvrista, están aprovechando que la excomunión ha sido remitida, para seguir haciendo proselitismo y difundiendo su ideología. La verdad no se, ni tengo idea cuando puede tomar que se resuelva este conflicto, así como tampoco se cuantas veces la Fraternidad va a terminar “rebotando” el preámbulo doctrinal que les ha impuesto la Santa Sede para regularizar su situación, pero si se que mientras esto ocurre, ellos siguen insistiendo en las mismas cosas que venía insistiendo el arzobispo Marcel Lefebvre, presentando información muchas veces sesgada respecto a su situación, y confundiendo a muchos católicos sinceros que perciben los problemas que tenemos en la Iglesia, embebiéndoles en una actitud cismática y poniéndolos en contra del Papa y los obispos en comunión con él.
La apologética católica tiene el deber no solamente de corregir al que erra, sino también el de proteger al que permanece fiel pero es vulnerable a los errores. Callar por un temor infundado de alejar a algunos, dejando desamparados a otros, no me parece precisamente el mejor curso de acción.

¿Está en cisma la Fraternidad San Pio X?

Una pregunta que suele irritar mucho a los lefebvristas, y aunque no pretendo restregarles en la cara el calificativo de “cismáticos”, es necesario analizar su situación de manera objetiva, y para ello hace falta repasar un poco la historia:
-En la Carta Apostólica en forma de “motu proprio” “Ecclesia Dei” de S.S. Juan Pablo II escribe (las negritas son mías):
“Las particulares circunstancias, objetivas y subjetivas, en las que se ha realizado el acto del arzobispo Lefebvre, ofrecen a todos la ocasión para reflexionar profundamente y para renovar el deber de fidelidad a Cristo y a su Iglesia.

Ese acto ha sido en sí mismo una desobediencia al Romano Pontífice en materia gravísima y de capital importancia para la unidad de la Iglesia, como es la ordenación de obispos, por medio de la cual se mantiene sacramentalmente la sucesión apostólica. Por ello, esa desobediencia - que lleva consigo un verdadero rechazo del Primado romano - constituye un acto cismático. Al realizar ese acto, a pesar del monitum público que le hizo el cardenal Prefecto de la Congregación para los Obispos el pasado día 17 de junio, el reverendísmo mons. Lefebvre y los sacerdotes Bernard Fellay, Bernard Tissier de Mallerais, Richard Williamson y Alfonso de Galarreta, han incurrido en la grave pena de excomunión prevista por la disciplina eclesiástica” 
.
Más adelante:
La raíz de este acto cismático se puede individuar en una imperfecta y contradictoria noción de Tradición: imperfecta porque no tiene suficientemente en cuenta el carácter vivo de la Tradición, que - como enseña claramente el Concilio Vaticano II - arranca originariamente de los Apóstoles, “va progresando en la Iglesia bajo la asistencia del Espíritu Santo; es decir, crece con la comprensión de las cosas y de las palabras transmitidas, cuando los fieles las contemplan y estudian repasándolas en su corazón, cuando comprenden internamente ellos misterios que viven, cuando las proclaman los obispos, sucesores de los Apóstoles en el carisma de la verdad”

En las presentes circunstancias, deseo sobre todo dirigir una llamada a la vez solemne y ferviente, paterna y fraterna, a todos los que hasta ahora han estado vinculados de diversos modos con las actividades del arzobispo Lefebvre, para que cumplan el grave deber de permanecer unidos al Vicario de Cristo en la unidad de la Iglesia católica y dejen de sostener de cualquier forma que sea esa reprobable forma de actuar. Todos deben saber que la adhesión formal al cisma constituye una grave ofensa a Dios y lleva consigo la excomunión debidamente establecida por la ley de la Iglesia(8).
De esta carta apostólica del Papa quiero resaltar dos cosas:
1) El arzobispo Marcel Lefebvre cometió un acto cismático gravísimo , por lo que incurrió junto con los obispos ordenados por él en pena de excomunión.
2) En ese contexto el Papa advierte que “Todos deben saber que la adhesión formal al cisma constituye una grave ofensa a Dios”
Cuando he platicado el contenido de esta carta con algunos partidarios del lefebvrismo, me han alegado en forma insistente que allí Juan Pablo II no estaba diciendo que la Fraternidad estaba en cisma, pero todos sus argumentos siempre me han parecido a mi modo de ver, como una pobre forma de intentar tapar el son con un dedo.
La cuestión no es muy difícil de entender: Si el Papa dice que han cometido un acto gravemente cismático, e inmediatamente nos advierte del peligro que implica adherirnos formalmente al cisma, cabe preguntarse ¿a qué cisma se está refiriendo? ¿Al de Martín Lutero? ¿Al cisma de oriente? ¿al de los jacobitas quizá?
- Posteriormente el cardenal Darío Castrillón Hoyos, Presidente Emérito de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, afirmó que los lefebvristas no eran cismáticos (negritas son mías):
“Lo digo con franqueza: los lefebvrianos no son cismáticos” la afirmación es del cardenal colombiano. El cardenal explica: “Cuando digo esto no me refiero a los Obispos que fueron ordenados sin el permiso del Papa, que era una violación de las normas canónicas, y por lo tanto ameritaba la excomunión. Pero a pesar de lo que dicen, los tradicionalistas y lefebvrianos no son cismáticos. Me refiero a los cientos de fieles tradicionalistas, amantes de la Iglesia tradicional, ligados a esa Iglesia tradicional y que en la doctrina se encuentran en plena comunión. Es por eso que afirmo que no se puede definir a todos los lefebvrianos como cismáticos, es un error de generalización.”
De dichas opiniones yo entiendo que:
1) Cuando dice que los lefebvristas no son cismáticos, no está hablando de los obispos que incurrieron en la excomunión, sino solo a los fieles tradicionalistas.
2) Por tanto sería un error de generalización definir a todos los lefebvristas de cismáticos.
- Posteriormente Msr. Camille Perl, Vicepresidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei (PCED) respondió con una carta fechada en Mayo 23 del 2008, a una serie de preguntas, donde clarificaba la situación actual de la Fraternidad, y las palabras del Cardenal Castrillón Hoyos. Veamos algunos fragmentos:
“P: ¿Es esta su mera opinión privada, o [es] la enseñanza oficial de la Iglesia Católica en su capacidad oficial como jefe de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei?

PCED: “Las afirmaciones hechas por el Cardenal Castrillón necesitan ser entendidas en un sentido técnico, canónico. Declarar que la Sociedad de San Pío X “no está en cisma formal” es decir que no ha habido declaración oficial de parte de la Santa Sede de que la Sociedad de San Pío X está en cisma. Hasta ahora, la Iglesia ha buscado mostrar el máximo de caridad, cortesía y consideración por todos aquellos implicados, con la esperanza de que tal declaración no sea eventualmente necesaria.”
De esta aclaración entiendo lo siguiente:
1) El cardenal Castrillón Hoyos cuando habla de “cisma” (a secas) está hablando de cisma formal, pero no estaba negando que los lefebvristas sean materialmente cismáticos, o tengan una mentalidad cismática que posteriormente pueda llevarles al cisma formal. Del contexto mismo de estas palabras se entiende cuando menciona que la Iglesia ha buscado el máximo de caridad y cortesía con la esperanza que tal declaración no sea necesaria.
2) Esto se confirma más adelante cuando Msr. Camille Perl habla de la licitud de asistir a las misas celebradas por la Fraternidad:
“En tanto es cierto que la participación en la Misa en las capillas de la Sociedad de San Pío X, no constituye en sí misma “adherencia formal al cisma” (cf. Ecclesia Dei 5, c), tal adherencia puede acaecer en un periodo de tiempo en el que uno embeba una mentalidad cismática que lo separe a uno mismo de la enseñanza del Supremo Pontífice y de toda la Iglesia Católica.”
Observe lo que la propia Comisión Ecclesia Dei está dejando claro: aunque participar en las Misas lefebvristas no constituye en sí misma una adherencia formal al cisma, si asisto luego de un tiempo puedo verme embebido de una “mentalidad cismática”.
¿Pero cómo sería esto posible si entre el lefebvrismo no hay una mentalidad cismática?. La única forma en que alguien pudiera ser embebido de una mentalidad cismática es que entre en contacto prolongado con personas de mentalidad cismática. El propio contexto así lo infiere cuando habla de que la adherencia al cisma puede ocurrir al cabo de un tiempo de asistir a dichas misas.
De esto yo entiendo que la Comisión Ecclesia Dei si bien está aclarando que la Fraternidad San Pio X no está en cisma formal, por lo menos si lo está en cisma material o embebida de una mentalidad cismática de la que hay que apartarse.

¿Está prohibido asistir a misas lefebvristas?

Otra idea errónea que he visto difundir en algunos blog de corte lefebvriano es que no hay nada malo con recibir los sacramentos de la FSSPX, y que la misma Comisión Eclesia Dei lo tiene permitido. Lo cierto es que si uno examina realmente lo que ha dicho la Comisión al respecto se encuentra con que es sustancialmente distinto:
Los sacerdotes de la Sociedad de San Pío X están válidamente ordenados, pero suspendidos, eso es: prohibidos de ejercitar sus funciones sacerdotales porque no están propiamente incardinados en una diócesis o instituto religioso en plena comunión con la Santa Sede (cf. Código de Derecho Canónico, canon 265) y también porque aquellos ordenados después de las ordenaciones Episcopales fueron ordenados por obispos excomulgados. “Concretamente, esto significa que las Misas ofrecidas por los sacerdotes de la Sociedad de San Pío X son válidas, pero ilícitas, i.e., contrarias a la Ley Canónica. Los Sacramentos de la Penitencia y del Matrimonio, sin embargo, requieren que el sacerdote goce de facultades de la diócesis o tenga delegación propia. Como ese no es el caso con estos sacerdotes, estos sacramentos son inválidos. Queda cierto, sin embargo, que, si los fieles son genuinamente ignorantes que los sacerdotes de la Sociedad de San Pío X no tienen la facultad propia para absolver, la Iglesia suple estas facultades para que así el sacramento sea valido (cf. Código de Derecho Canónico, canon 144) . En tanto es cierto que la participación en la Misa en las capillas de la Sociedad de San Pío X, no constituye en sí misma “adherencia formal al cisma” (cf. Ecclesia Dei 5, c), tal adherencia puede acaecer en un periodo de tiempo en el que uno embeba una mentalidad cismática que lo separe a uno mismo de la enseñanza del Supremo Pontífice y de toda la Iglesia Católica. Mientras esperamos y oramos por una reconciliación con la Sociedad de San Pío X, la Pontificia Comisión “Ecclesia Dei” no puede recomendar que miembros de los fieles frecuenten sus capillas por las razones que hemos arriba expuesto. Lamentamos profundamente esta situación y oramos para que una reconciliación de la Sociedad de San Pío X con la Iglesia pueda llegar, pero hasta tal tiempo, las explicaciones que hemos dado permanecen en vigor.”
Destaco algunos puntos importantes de lo reseñado:
1) Los sacerdotes de la Fraternidad de San Pío X están suspendidos a divinis, y tienen prohibido ejercer sus funciones sacerdotales.
2) Todas las misas que celebren, aunque válidas son ilícitas. ¿Qué se entiende por “ilícito”?. Según el diccionario de la RAE significa “No permitido legal o moralmente” . Lo que quiere decir, que la Iglesia no tiene permitido a los sacerdotes de la FSSPX celebrar dichas misas, ni a los fieles católicos asistir, de la misma manera que son ilícitas las misas en las iglesias ortodoxas, y solo se tiene permitido asistir a ellas en caso que extrema necesidad: por ejemplo, que sea imposible asistir a una misa lícita, y así cumplir con el precepto dominical.
3) Las palabras que algunos simpatizantes del lefebvrismo toman para alegar que la asistencia a esas misas está permitida, son aquellas donde se dice “que la participación en la Misa en las capillas de la Sociedad de San Pío X, no constituye en sí misma adherencia formal al cisma” , pero si uno lee bien todo el texto se da cuenta que está descontextualizada. Allí no se está respondiendo si se permite o no asistir a dichas misas (ya se acaba de decir que son ilícitas), sino si la mera asistencia implica una adhesión formal al cisma.
Dicho de otro modo, si alguien, por su amor a la liturgia tradicional, decide asistir alguna vez a una misa de la FSSPX, no por eso ya es cismático, pero tampoco quiere decir que esté obrando correctamente.
4) Más adelante el mismo texto lo confirma cuando señala que ”la Pontificia Comisión Ecclesia Deino puede recomendar que miembros de los fieles frecuenten sus capillas por las razones que hemos arriba expuesto”.
5) La comisión también aclara que los sacramentos del matrimonio y la penitencia no son solo ilícitos sino también inválidos. Esto quiere decir, que si alguien, sabiendo esto, va y se confiesa o lo casa un sacerdote de la FSSPX, le vale lo mismo que si se confiesa o lo casa el panadero, su mejor amigo, o hasta su mamá.
Por lo tanto, quienes afirman que no hay ningún problema con asistir a las misas de la FSSPX y se apoyan en lo dicho por la Comisión Ecclesia Dei, lo que hacen es presentar la situación de manera sesgada. Es irrelevante si lo hacen por ignorancia o de manera dolosa, porque no se trata de juzgar el fuero interno de nadie, pero es importante informar a los fieles católicos cual es verdaderamente la situación de la FSSPX.
Yo no necesito que me amenacen con la excomunión para no asistir a las misas de la FSSPX, me basta con que la Iglesia no me lo recomiende, y que advierta que son misas ilícitas con riesgos implicados para mi salud espiritual (no es cosa pequeña el riesgo de ser embebido en una mentalidad cismática).

¿Está la Fraternidad San Pio X en plena comunión con la Iglesia?

Otra afirmación que es frecuentemente utilizada por los simpatizantes de la fraternidad para ganar adeptos, ya que esto les ayuda a encontrar oídos más dóciles a su ideología. Por desgracia, la situación no es tan simple, y ya a este respecto había dicho el Papa en su carta sobre la remisión de la excomunión de los obispos consagrados por el arzobispo Lefebvre:
“Una ordenación episcopal sin el mandato pontificio significa el peligro de un cisma, porque cuestiona la unidad del colegio episcopal con el Papa. Por esto, la Iglesia debe reaccionar con la sanción más dura, la excomunión, con el fin de llamar a las personas sancionadas de este modo al arrepentimiento y a la vuelta a la unidad. Por desgracia, veinte años después de la ordenación, este objetivo no se ha alcanzado todavía. La remisión de la excomunión tiende al mismo fin al que sirve la sanción: invitar una vez más a los cuatro Obispos al retorno.”
De las anteriores palabras del Papa entiendo lo siguiente:
1) Las iglesia debía aplicar la sanción de excomunión a los obispos lefebvristas, como medio de llamarles al arrepentimiento y a la “vuelva a la unidad”
2) Incluso luego de la remisión de la excomunión, el objetivo de la vuelta a la unidad “no se ha alcanzado todavía” . Y si este no se ha logrado todavía, es falaz hablar de plena comunión.

La falacia de “los abusos”

Siendo padre de tres niñas, ocasionalmente tengo que regañar a alguna por comportarse mal. En ocasiones las excusas que suelen utilizar para justificarse son bastante pobres, como por ejemplo, un día en que una de ellas dijo una mentira y yo le recordaba que eso estaba mal; ella me respondía que su otra hermana también decía mentiras y más a menudo, dándome a entender que su falta no era tan grave.
Curiosamente es básicamente la misma actitud que he visto que toman muchos simpatizantes del lefebvrismo, cuando uno les señala sus errores. Comienzan a mencionar como entre el sector progresista, encontramos casos mucho peores: grotescos abusos litúrgicos, verdaderos casos de herejía, donde sacerdotes y religiosas rechazan públicamente la enseñanza de la Iglesia (Hans Küng, Teresa Forcades, Leonardo Boff, etc.).
Basta decir que este argumento es esencialmente falaz. No justifica a alguien que actúe incorrectamente que otros actúen peor, ni deja ser necesario para ambos ser corregidos. En mi opinión personajes como Hans Küng o Teresa Forcades hace mucho tiempo que dejaron de ser católicos, pero aún así, esto no justifica a los primeros.
En opinión de algunos reconocidos apologetas católicos, como Dave Armstrong, la influencia del lefebvrismo puede en algunos casos ser tan peligrosa como el modernismo, porque muchos tradicionalistas tienen una apariencia de ser devotos y ortodoxos creyentes católicos, pero en ellos está el veneno de la desobediencia a la autoridad de la Iglesia, tal como Lutero y todos los cismáticos y herejes a través de la historia. El hecho de que un tradicionalista pueda parecer un perfecto católico ortodoxo, le hace mucho más peligroso, ya que todo error tiene un elemento de verdad para engañar (hablando en el sentido de la guerra espiritual y no de motivos personales de consciencia). Muchos católicos pueden ver claramente los errores de los progresistas cuando deforman descaradamente el depósito de la fe, pero no pueden discernir con igual rapidez los errores de los lefebvristas, por ser más sutiles, complejos y ambiguos.

La falacia del “voluntarismo”

Otro común falacia de parte de lefebvristas, es el de acusar de “voluntaristas” a todos aquellos que pueden asentir íntegramente a la enseñanza de la Iglesia. Si alguien les recuerda que el Papa habla continuamente de la hermenéutica de la continuidad, ellos alegan que dicha hermenéutica es imposible porque no se puede ver continuidad en textos que para ellos son contradictorios. El hecho es que una cosa es que para sus intelectos lo sean, y otra que para el de los demás también. Este era precisamente uno de los errores que le reprochaba el Papa a Lefebvre cuando era prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe:
“…habla usted de “afirmaciones o expresiones del Concilio que son contrarias al Magisterio oficial de la Iglesia". Además usted enumera tres textos conciliares “incompatibles”, a su modo de ver, con el Magisterio pasado, añadiendo incluso “etc."…No puede afirmar la incompatibilidad de los textos conciliares - que son textos Magisteriales - con el Magisterio pasado y la Tradición. Le es posible decir que personalmente, no ve esta compatibilidad, y en consecuencia puede pedir a la Sede Apostólica explicaciones. Pero si afirma la imposibilidad de tales explicaciones, se opone profundamente a la estructura fundamental de la fe católica.Sólo es auténtica y tiene autoridad la interpretación del Magisterio, que es el intérprete de sus propios textos: ya que los textos conciliares no son los escritos de tal o cual experto; son documentos del Magisterio.”
Cardenal Ratzinger (Carta a Lefebvre,1983): )
El argumento en sí mismo no podría ser más absurdo, porque si es voluntarismo asentir íntegramente al concilio Vaticano II ¿quiere decir que son también “voluntaristas” todos los pontífices desde el Papa Pablo VI hasta el presente? ¿fueron voluntaristas los 2.540 padres conciliares que asistieron al Concilio y que aprobaron sus documentos?. Flaca argumentación la que cae en un juicio temerario con el prójimo en base a las propias limitaciones intelectuales.
En algunos casos llegan a extremos tan insólitos, como es la de insinuar que el Papa predica una hermenéutica de la continuidad en la que no “cree”, y cuando se les echa en cara, intentan justificar sus veladas acusaciones de hipocresía al Papa, afirmando que lo hace por “prudencia”. No solo pretenden de este modo conocer las intenciones del corazón del Papa, mientras que por el otro le le calumnian acusándole de estar infectado de modernismo.

¿Qué debemos hacer nosotros los católicos?

A este respecto me parece muy lúcida la exhortación que hace el padre Iraburu al final de su resumen: No escuchen la llamada de quienes declaran extraviados al Papa y a los Obispos. Aléjense de ellos como del veneno. Únanse más que nunca al Papa y a sus propios Obisposen esta hora tan difícil para los creyentes”.
El que no recoge desparrama, y lo cierto es que los lefebvristas pretendiendo recoger vienen “desparramando” desde ya hace bastante tiempo.

10 de enero de 2012

Bautismo del Señor en la Capilla Sixtina

Su Santidad Benedicto XVI volvió a celebrar la Santa Misa Ad Orientem en el día de la Solemnidad del Bautismo del Señor, en la misma que, como se hace tradicionalmente, el Sumo Pontífice bautizó a dieciséis pequeños. Aquí, fotos de la misma.

El "arbusto sobre la piedra" que se distingue a la derecha es la nueva pila bautismal.


Vista desde detrás de la pila bautismal.


Video de la Santa Misa. La calidad de la imagen aumenta luego de unos minutos.

En otro orden:
Cambios en la liturgia pontificia: el Papa modifica el rito del consistorio

concistoro1



Cuando el Papa celebre, el próximo 18 de febrero, el cuarto consistorio de de su Pontificado para la creación de nuevos cardenales, lo hará con un nuevo rito revisado y modificado por la Oficina para las Celebraciones Litúrgicas, que preside Mons. Guido Marini, y aprobado por él mismo. Este rito, junto a otros propios de la liturgia pontificia, fue modificado poco tiempo después de la clausura del Vaticano II, si bien el rito hasta ahora en vigor había sido preparado por Mons. Piero Marini, predecesor del actual Maestro de las celebraciones litúrgicas, y aprobado por el Beato Juan Pablo II. Presentamos un artículo de L’Osservatore Romano donde se explica este nuevo ritual.

***
El rito en vigor hasta ahora para la creación de nuevos cardenales es revisado y simplificado, con la aprobación del Santo Padre Benedicto XVI: en sustancia se unifican los tres momentos de la imposición del birrete, de la entrega del anillo cardenalicio y de la asignación del título o de la diaconía; cambian las oraciones colecta y conclusiva; y asume una forma más breve la proclamación de la Palabra de Dios.

Cabe señalar – como explica la Oficina para las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice – que la reforma litúrgica puesta en marcha por el concilio Vaticano II ha concernido también a los ritos consistoriales de imposición del birrete y de asignación del título a los nuevos purpurados, y que el texto renovado de la celebración, publicado en “Notitiae” 5, 1969, pp. 289.291, ha sido usado por primera vez por Pablo VI en 1969.

El criterio principal que guió la redacción del nuevo ritual fue la inserción en un ámbito litúrgico de lo que, de por sí, no formaba parte de él en sentido propio: la creación de nuevos cardenales debía ser colocada en un contexto de oración, evitando sin embargo al mismo tiempo todo elemento que pudiera dar una idea de un “sacramento del cardenalato”. El consistorio, de hecho, históricamente no ha sido considerado nunca un rito litúrgico sino más bien una reunión del Papa con los cardenales en relación al gobierno de la Iglesia y, por lo tanto, expresión del munus regendi, no del munus sanctificandi.

Teniendo presentes tales aspectos de la historia pasada y reciente, en una línea de continuidad con la forma actual del consistorio y de sus elementos principales, se ha revisado y simplificado la praxis vigente. En primer lugar, son retomadas del rito de 1969 la oración colecta y la oración conclusiva dado que son muy ricas en el contenido y provienen de la gran tradición eucológica romana. Las dos oraciones, de hecho, hablan explícitamente de los poderes confiados por el Señor a la Iglesia, en particular el de Pedro: el Pontífice ora también de modo directo por sí mismo, para realizar bien su oficio.

En la oración colecta, que viene del Veronense, el así llamado Sacramentarium Leonianum, una de las fuentes más antiguas de la eucología romana – se trata de la colecta para el aniversario de la ordenación episcopal del Obispo de Roma (Mense Septembris, in natale episcoporum, v alia missa. nn. 989 e 993; Corpus Orationum, n. 2301) — el Santo Padre dice: “Oremus. Domine Deus, Pater gloriae fons honorum, qui licet Ecclesiam tuam toto orbe diffusam largitate munerum ditare non desinis, sedem tamen beati Apostoli tui Petri tanto propensius intueris, quanto sublimius esse voluisti: da mihi famulo tuo providentiae tuae dispositionibus exhibere congruenter officium; certus te universis Ecclesiis collaturum quidquid illi praestiteris, quam cuncta respiciunt. Per Dominum nostrum Iesum Christum, Filium tuum, qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia sæcula sæculorum».

En la oración conclusiva, también elegida en 1969 del Veronense – en este caso se trata , sin embargo, de otra colecta para el aniversario de la ordenación episcopal del Obispo de Roma (Mense septembris, in natale episcoporum, v alia missa, «alia collecta», nn. 992; Corpus Orationum, n. 1198) — el Papa reza así: “Deus cuius universae viae misericordia est semper et veritas, operis tui dona prosequere; et quod possibilitas non habet fragilitatis humanae, tuis beneficiis miseratus impende; ut hi famuli tui, Ecclesiae tuae iugiter servientes et fidei integritate fundati, et mentis luceant puritate conspicui. Per Christum Dominum nostrum”.

También la proclamación de la Palabra de Dios asume de nuevo la forma más breve, propia del rito de 1969, solamente con la perícopa evangélica (Marcos 10, 35-42), que es la misma en los dos rituales.

Finalmente, se integra la entrega del anillo cardenalicio en el mismo rito, mientras que antes de la reforma de 1969 la imposición del capelo rojo tenía lugar en el consistorio público, seguido por el secreto, en el cual se llevaban a cabo también la entrega del anillo y la asignación de la iglesia titular o de la diaconía. Hoy, de hecho, esta distinción entre consistorio público y secreto ya no es observada y en consecuencia parece más coherente incluir los tres momentos significativos de la creación de los nuevos cardenales en el mismo rito.

Se conserva, en cambio, la concelebración del Papa con los nuevos cardenales en la Misa del día siguiente, que se abre con las palabras de homenaje y de gratitud que el primero de los purpurados dirige al Pontífice en nombre de todos los otros.
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6 de enero de 2012

Día de Reyes

Para tenerlo en cuenta -de nuevo en estas Santas Fiestas:
Nuestros queridos Reyes Magos, marginados y olvidados gracias a un invasor gordo y grasiento, producto del consumismo compulsivo... Al que me refiero es al Papá Noel -o “Santa Claus”- de la Coca Cola, no a San Nicolás, que quede claro; que es el verdadero Papá Noel.
Este otro, en cambio, es el creado por la multinacional, liberaloide y masonacha del Nuevo Orden Mundial: Coca Cola, que generalmente asusta a los niños y les puede causar daños macabros e irreparables.

 

San Nicolás -en cambio y como notarán-, es superior en todo sentido: En los años 30, tomaron al San Nicolás de la tradición Nórdica, que originalmente se paseaba vestido de obispo o de duende un tanto humilde; que había salvado por un milagro -obvio- a tres criaturas que habían sido asesinadas por un carnicero.
Y lo enfundaron en un atuendo con los colores corporativos de la empresa que fabrica la oscura bebida (rojo y blanco).
Desde entonces, generaciones de tiernos infantes de medio mundo han sido machacadas por la publicidad, alienándose hasta tal punto que piensan que un mamarracho publicitario representa todo lo bueno del ser humano.

Volviendo al 6 de Enero de Los Reyes Magos:
Estos tres venerables ancianos llevan más de dos mil años con su PYME, atendiendo al mundo Católico, están sufriendo una agresión que amenaza con destruirlos.
Reivindicamos la figura de los Reyes Magos porque:
1. Los Reyes Magos son un símbolo de la multirracialidad y nunca han tenido problemas de inmigración.


2. Los Reyes Magos son fashion total, su elegancia en el vestir no ha pasado de moda en dos milenios.
Papá Noël es un croto o un desquiciado.


Comparémoslo con los Reyes, ataviados con su vestimenta regia, con sus capas, armiños, coronas y turbantes de seda, dignos de una recepción en la corte monegasca.
A su lado tenemos al patético Santa, con una especie de gorrito de dormir rojo patrocinado por Coca-Cola. ¿qué se fumó?
¿Alguien lo invitaría siquiera a una fiesta de Bautismo?
3. Si no existiesen los Reyes Magos, las fiestas se terminarían el 2 de Enero.
4. Los Reyes Magos son ecológicos, utilizan vehículos de tracción animal, que con su estiércol contribuyen a fertilizar el suelo (nada de trineos volando ni bolu d c s que no existen...).
Y no son miembros de la ONG Green Peace, que no es otra cosa que la “Religión Verde” o “New Age”, enemiga declarada de todo lo que sea monarquía.
5. Los Reyes Magos generan un montón de puestos de trabajo entre artesanos y jugueteros, carteros reales y una multitud de gente que los sigue.
Papá Noël nos engaña con el cuento de que sus trabajadores son duendecillos o elfos.
Todos sabemos que se trata de niños.
Papá Noël es un explotador infantil.


Y recemos por que sus intereses con los niños sean sólo económicos...
Los regalos que entregan los Reyes Magos son fruto del trabajo de sus felices e industriosos súbditos.
Por el contrario, Papá Noël recluye a sus trabajadores en infectos talleres, forzándoles a trabajar noche y día en una zona off-shore de Laponia para eludir impuestos y la aplicación de condiciones laborales dignas. Papá Noël es el peor rostro de la globalización económica.


6. De Papá Noel puede hacer cualquier pelagatos democrático, pero para hacer de Reyes Magos se necesitan, al menos, tres Señores monárquicos.
Los Reyes Magos son jefes de Estado, son representantes legítimos de sus pueblos.
¿A quién representa Papá Noël?
¿Qué liderazgo tiene?
Eso de ir vestido de rojo y esconderse en el Ártico apunta a que tal vez se trata de algún siniestro ex-mandatario comunista-chavista con asuntos pendientes con la justicia.


7. Los Reyes Magos fomentan la industria del calzado y enseñan a los niños que los zapatos se deben limpiar al menos una vez al año.


Por el contrario, el gordinflón exige que se deje una media, prenda proclive a servir de juntadero de mugre, cuando no de indecorosos “hongos” contagiosos y apestosos.
8. Los Reyes Magos planifican concienzudamente su trabajo y se retiran discretamente cuando terminan su Santa función.
9. Papá Noel vive en el Polo Norte donde hace un frío espantoso y por eso es un amargado, los Reyes Magos son de Oriente, cuna de la civilización y por ello de una elegancia no decadente.
10. Los Reyes Magos tuvieron un papel destacado en la Navidad.
Papá Noel es un trepador que trata de aprovecharse del negocio y que no participó en nada en los acontecimientos de la Natividad de NSJC.
11. Los Reyes Magos lo saben todo.
Los Reyes Magos aparecen en la tradición cristiana, se les cita en la Biblia, acreditan conocimientos de astronomía... tienen currículum.
¿De dónde rayos ha salido ese tal Papá Noël?
¿Qué estudios tiene este grasa?
Papá Noel no sabe otra cosa que agitar estúpidamente una campanita y tomar Coca Cola.


12. Papá Noel es un zoquete que no respeta los sentimientos de los renos de nariz colorada.
No hay documentado ningún caso de maltrato psicológico por parte de los Reyes Magos hacia sus camellos.
13. Los Reyes Magos son agradecidos, siempre se zampan el pasto y el agua que les dejamos en la puerta.
14. Sin los Reyes Magos no se habría inventado la Rosca de Reyes.



15. Los Reyes gozan de muy buen estado físico a pesar de su edad.
Hay que estar en forma para cruzar el desierto montado en camello.
Santa es gordo, mórbidamente obeso.
Eso refleja muy malos hábitos de vida. Probablemente tenga las arterias tapadas a causa de su falta de templanza y problemas cardíacos.
¿Cómo va a dar ejemplo a los niños?

16. ¿Es un Papá o es una Santa?
¿Acaso tiene problemas de identidad sexual?
¡Que primero se aclare su desvarío mental y mientras tanto nos deje en paz! 


17. Los Reyes Magos son tres.
Saben trabajar en equipo.
No hay jefes, no hay subordinados, no hay envidias.
Santa es un jodido individualista.
No comparte la gloria ni con sus renos.
En el fondo está más solo que Robinson Crusoe.


18. Finalmente, Papá Noël se ríe constantemente, sin motivo aparente, señal de que le faltan jugadores... Nariz colorada, andares torpes, intenta entrar en las casas de los vecinos por la chimenea, afirma ver renos voladores... signos probables de alcoholismo o algo peor. 


A los Reyes no se les conocen vicios. 

¡Basta ya!
¡reivindiquemos nuestras señas de identidad!
¡Vivan los Reyes Magos!.

3 de enero de 2012

El último samurái


Hace un tiempo vi la película "El último Samurái" y me llamó la atención una serie de puntos particulares que vemos hoy día en la situación de la Iglesia (luego explicaré cuáles son).

Brevemente para quienes no la han visto: la trama se funda básicamente en que el Emperador Meiji del Japón (estamos hablando de fines del siglo XIX) decide abrir las puertas de su Imperio a Occidente, para lo cual debe necesariamente modernizarse. Esto es lógico si pretende abrirse camino entre las potencias europeas (y Estados Unidos), ya desde el punto de vista económico -como la modernización de la industria, la tecnificación de la agricultura, etc.- ya desde el punto de vista militar -tecnologización del ejército e industria militar, etc.- y desde los demás puntos de vista. Esto claramente trae toda una serie de problemas socio-culturales en un Japón cuasi-feudal (en sus regiones más apartadas) y que finalmente se consolida en una rebelión que encabeza Katsumoto, uno de los generales del Emperador. Sin embargo esta rebelión, que en principio parece una sublevación directa contra la autoridad imperial (o contra las decisiones que ésta toma), a medida que avanza la película se va desdibujando. Sobre todo cuando vamos conociendo mejor al bando "rebelde".

Photo of Tom Cruise from The Last Samurai (2003)

Lo que conocemos al principio de la película sobre la situación de los rebeldes es lo que nos cuenta el alto funcionario japonés Omura que es pro-occidental -y que luego vemos cómo manipula al joven emperador- y que se hará a la búsqueda de un bravo capitán de la guerra de Secesión para que entrene a las tropas japonesas, les provea de artillería moderna, etc. Lo que en un principio oculta al joven oficial Nathan Algren es que lo ha elegido para que sofoque la rebelión del pequeño pero determinado ejército samurái que se niega a ceder al avance de Occidente; esto ha sido inspirado por la rebelión Sutsuma, acontecida en aquella época y por motivos similares.

Katsumoto, antiguo maestro del Emperador y consejero suyo considera que la revolución cultural que se está llevando a cabo está destruyendo la identidad del pueblo japonés, sobre todo en materia cultural, moral y disciplinar. Junto con su fiel ejército de samuráis resistirá hasta el último hombre.


El capitán Algren es herido en batalla y hecho prisionero. Es curado en un pueblo dominado por los propios samuráis y allí comenzará a entender el asunto de raíz. Durante su recuperación advierte que el líder guerrero es un hombre sumamente culto y que él pelea por el Emperador y para salvaguardar al Imperio de lo que él considera el germen de la destrucción, que es el avance del occidentalismo. Es más; Katsumoto asegura que si el Emperador se lo pide, él se mataría con el suicidio ritual.

Ante el cambio de perspectiva de la situación que vive, Nathan Algren finalmente adherirá al ideal samurái tras conocer su cultura y ganar una reputación entre los propios guerreros. Él mismo ayudará a Katsumoto y a su pequeño ejército a diseñar el plan de lucha.

Photo of Tom Cruise from The Last Samurai (2003) with Ken Watanabe

Katsumoto decide sin embargo intentar una conciliación plena con el Emperador (especialmente con el Gabinete) y se presenta ante el Consejo. Contrasta su vestimenta tradicional con la de los demás, vestidos a la occidental; Katsumoto ofrece simbólicamente su sable al Emperador, pero éste, bajo la influencia de Omura, lo rechaza. 

Photo of Ken Watanabe from The Last Samurai (2003)

Katsumoto es hecho prisionero bajo una consigna injusta, pero logra escapar tras ser rescatado.
En la batalla final el ejército samurái lucha con coraje pero son superados en número y luego aniquilados por las ametralladoras. Katsumoto apenas sobrevive para suicidarse en el campo de batalla y las tropas imperiales lo reverencian en forma de tributo ante el escandalizado Omura.

Photo of Tony Goldwyn from The Last Samurai (2003)

En la escena final Algren, ya recuperado de las heridas de la última batalla se presenta ante el emperador y le ofrece simbólicamente el sable de Katsumoto al Emperador, quien lo acepta desoyendo los consejos de Omura y humilla a éste en medio de la corte. El mismo Emperador asegura que él ha querido lo mejor para su pueblo y que no ha encontrado ello en las innovaciones occidentales. Luego despide a la comitiva inglesa sin hacer trato comercial.

Photo of Shichinosuke Nakamura from The Last Samurai (2003)
Nathan Algren le ogrece el sable al Emperador, mientras el señor Omura (atrás) es humillado.

¿Qué nos queda de todo esto?

Personalmente, destaco una serie de puntos que tienen mucho que ver con la situación de la Iglesia hoy. Pongámoslo de la siguiente manera: la Iglesia en el siglo XX ha tenido una considerable apertura al pensamiento moderno, incluso secular. Es lo que llamamos “modernismo” y que ha sido tan condenado por San Pío X y por los sucesivos pontífices. Aquí el punto no es empezar a echar culpas sino a aceptar la realidad. Digamos entonces que gran parte de las infiltraciones modernistas que sufrimos hoy vinieron de la mano durante y tras el Concilio Vaticano II –no importan ahora los orígenes particulares.

En medio del torbellino post-conciliar surge un grupo calificados por la línea oficial, digamos, como “rebeldes” y surge un Katsumoto que reconoce a la autoridad –el Papa- pero que declara la guerra total al modernismo y demás pensamiento que ciertas facciones quieren imponer (Teología liberal, Teología de Liberación, etc.).



También tenemos un punto en contra: la cantidad de propaganda que ciertas figuras de la línea oficial quieren hacernos creer y que no es la plena y certera realidad (recordemos a Omura, funcionario del Emperador), sino algo presentado como obstáculo para lograr objetivos personales.


Más allá de posiciones que cada uno pueda tener (quienes me conocen saben cuál es la mía), hay un punto objetivo que trasciende la opinión personal y que es la realidad misma. Las ideologías o falsas interpretaciones que se interponen con lo tradicional y que resultan no ser más que patrañas que confunden a los fieles y al clero mismo.


Y ojo, acá no estoy diciendo que entre los guerreros samuráis no hubiera algún piromaníaco, algún fanático fundamentalista del sintoísmo más estricto o algún anarquista que aprovechara la oportunidad para tirarle a los imperiales con munición gruesa. Tampoco estoy justificando los hechos de los que se valió Katsumoto para ser escuchado o estoy avalando la violencia para combatir la ignorancia o la necedad.


Katsumoto muere fuera de la ley, muere fuera de la corte. Aunque su causa era buena, no supo medir sus acciones; su sucesor, Algren, lo logra. Que así suceda.

Así pues lo que apunto con esperanza es a la última escena: la reconciliación en la que el capitán Algren (el último samurái, quizás) rinde tributo al Emperador y lo honra con el sable con el que Katsumoto lo honró en batallas pasadas. Quizás entonces haya “males necesarios” que uno cree ver en la realidad pero que finalmente triunfarán para mayor gloria de Dios en la reconciliación fraterna, que no es más que producto de la confusión y la manipulación de figuras difusas que sólo persiguen su propio interés.

El que tenga oídos, que oiga. Mt. XI, 15