16 de agosto de 2011

La Sacratísima Comunión


La Santa Comunión... La recepción en nuestros indignos seres del preciosísimo Cuerpo de Cristo. ¿Acaso no es ese momento el más elevado e importante en nuestras vidas?
¿Acaso alguien se atrevería a palmear a Cristo?
¿Acaso te atreves a tocar con tu sucia, indigna y pecadora mano la Sagrada Especie, la Hostia Divina?



Quien se atreva... sea digno y bendito por Dios,
o sea indigno, maldito y condenado (por sí mismo).

Es una muy mala noticia la que llega a mis ojos... Los Obispos argentinos -¿quiénes más, si no?- le elevaron al Santo Padre un petitorio para "legalizar" la administración de la Sagrada Eucaristía "en mano". El Santo Padre, presionado por las masas progres y destructoras de la Iglesia -lamentablemente aún toleradas- lo ha permitido. No culpemos a Su Santidad si no al Demonio, que inspira estos "petitorios" con la ayuda de elementos de presión.
Quien guste leero, puede hacerlo accediendo por el siguiente link al muy recomendable blog "Secretum Meum Mihi".


Unde et mémores, Dómine, nos servi tui, sed et plebs tua sancta, ejúsdem Christi Fílii tui, Dómini nostri, tam beátæ passiónis, nec non et ab ínferis resurrectiónis, sed et in cælos gloriósæ ascensiónis: offérimus præcláræ majestáti tuæ de tuis donisac datis,

Hóstiam puram, Hóstiam sanctam,

Hóstiam immaculátam,

Panem sanctum vitæ ætérnæ, et Cálicem salútis perpétuæ.

Kyrie, eleison!

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