Desde hace una semana toda la blogósfera conservadora y algún que otro "tradicionalista" se está haciendo eco de forma más o menos intensa de la inminente intervención pontificia de los Heraldos del Evangelio, congregación religiosa que es más bien el "brazo religioso" de la TFP brasileña. Muchos se han levantado escandalizados en contra de estas medidas, describiendo toda clase de experiencias personales en las que "heraldos" demostraron su profunda piedad y ortodoxia.
Sin embargo poco se sabe de la realidad interna de los Heraldos, que es lo que principalmente motiva a la Santa Sede a intervenir esa congregación. Y ese es el tema: hay que conocer el modus vivendi para sacar las conclusiones más importantes. Dentro de las comunidades de Heraldos hay gran cantidad de elementos y formas que son sumamente desordenadas e incluso graves que afectan profundamente a muchos de sus miembros, a la disciplina y a la fe de la Iglesia. Muchísimos testimonios de ex miembros denuncian toda clase de irregularidades, que van desde la veneración de reliquias de Plinio, de su madre, y de Joao Clá (que está vivo, claramente) e ideologización extrema (la famosa bagarre), hasta la práctica de exorcismos bestiales perpetrados por el propio Joao Cla (y sin permiso del ordinario local) y la manipulación de conciencias. Por mencionar sólo algunas cosas.
El problema de la congregación no es su piedad y ortodoxia. El problema es la gravísima realidad en la que viven sus miembros: en un ambiente cerrado sectario de asepsia moral casi jansenista con una obediencia absolutamente ciega y llanamente devocional a sus superiores. Esto es fruto inequívoco de una mala teología que desemboca en una mala concepción de la naturaleza del hombre y por tanto en una espiritualidad semi-pelagiana (voluntarista y rigorista) y que termina con almas cautivas (y no es pocos casos destruidas) y psiquis deformadas. Y todo esto se hace con la connivencia, indiferencia o ignorancia de los Obispos locales donde están sus comunidades.
De nada vale la "ortodoxia doctrinal" y la "impecable piedad" de una congregación o de sus miembros, si el cuerpo está infectado con un virus. Lo mismo sostengo para el caso del IVE, del Opus Dei, o de cualquier otro instituto con iguales problemas, aunque sean con diferente intensidad.
¿Esta es una realidad en todos los miembros de los Heraldos? No. Sin embrago sí es una realidad patente en las dependencias de los religiosos y en la conducción de la superioridad de la congregación. Repito que hay cantidad de testimonios de diferentes personas en la web.
Aquí enlazo sólo un par:
Un sitio con videos alojados donde se puede ver a Mons. Joao Cla practicar ilegalmente exorcismos sobre religiosas supuestamente poseídas por demonios.
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