28 de agosto de 2012

Quitando el altar...

En el Assumption Grotto Sanctuary (Detroit) el P. Perrone, párroco del mismo hace varios años, decidió tras ciertos cambios realizados en el santuario, quitar el altar "bajo" (entiéndase por el nuevo) que estaba en desuso hace varios años.

Entre altares...

Ahora.

La Misa, celebrada en la forma que fuera, era (es) oficiada de cara a Oriente en el antiguo altar construido en 1929. Para aquellos casos en que un sacerdote de afuera quiera celebrar la Misa "versum populum" (mirando al pueblo), se ha provisto un altar móvil que puede ser instalado en el presbiterio en pocos minutos.

Presento a continuación mi traducción de la carta que el párroco les ofreció a los fieles explicando los motivos del cambio, las razones que lo motivaban y por último, su apreciación personal del tema. Desde ya pido disculpas por las faltas/ errores de traducción. (Texto original y fotografías: Te Deum laudamus)

Un sacerdote de tendencia izquierdista preguntó una vez a estudiantes de religión de pensamiento tradicional: "¿Cuál es el mueble más importante de la iglesia: el tabernáculo o el altar?". La mayoría respondió: el tabérnáculo, que, claramente, era la respuesta incorrecta. Este hombre, que de hecho ha dejado el sacerdocio, se deleitaba deshaciendo las clases de catequesis y la sensibilidad religiosa que los estudiantes habían adquirido. Aún así, en este caso, el impío sacerdote tenía razón, aunque, cruelmente, no explicó a sus estudiantes por qué. El tabernáculo adquiere seguramente una dignidad superior cuando cobija el Santísimo Sacramento pero en sí mismo, como elemento litúrgico el altar ciertamente tiene un lugar superior en tanto es el lugar (en latín: "locus") donde el Sacrificio tiene lugar, donde Cristo es inmolado. (Un ejemplo de como alguien -un sacerdote- puede estar errado, dando escándalo e ijuriando la fe de sus estudiantes cuando él mismo está tecnicamente en lo correcto.). Esta "correcta" comprensión litúrgica, de paso, está entre las razones a menudo esgrimidas para situar el tabernáculo en una posición secundaria en muchas iglesias luego del Vaticano II, un acto que no fue -debo esperar- un deliberado y blasfemo desaire del Señor Eucarístico.
Escribo sobre el altar hoy porque muchos de ustedes, aunque no todos, han notado un cambio en el santuario de la iglesia el pasado fin de semana. El altar bajo ha sido removido permitiendo al altar mayor brillar en su original esplendor. Aunque tenía intención de escribirles sobre esto antes del removimiento, las circusntancias se dieron muy rápidamente para que pudiera hacerlo. Los miembros de nuestro Consejo Parroquial han sido avisados de esta intención algún tiempo atrás. Ninguno mostró entonces insatisfacción alguna con la propuesta. De hecho todos parecieron intrigados acerca de cómo se vería la iglesia tal como fue construida. Ofrezco una breve historia "no científica" de este tema.
El santuario ahora se ve casi como cuando la iglesia fue construida en 1929, excepto por los dos bancos de la sillería del coro -esos bancos en cada lado donde los managuillos se sientan algunas veces ahora. (Lo que se puede hacer para restaurar la ahora ausente sillería es tema para otro momento). Después del Concilio Vaticano Segundo hubo un movimiento popular en los círculos litúrgicos para tener la Misa celebrada con el sacerdote mirando a la gente, aunque esto nunca fue mandado por el Concilio ni por ninguna directiva subsecuente de la Santa Sede. Grotto Church, como muchos otros, comenzó la práctica con un altar temporario instalado en el espacio abierto delante del altar mayor (el cual había sido creado para las antiguas ceremonias solemnes de la liturgia latina) de tal forma que un scerdote podría celebrar Misa contra el pueblo. Mientras todo el mundo podría ahora ver qué sucedía en el altar, el sacerdote daba simbólicamente la espalda al Señor (la dirección a Oriente) o la daba realmente (si el tabernáculo estaba detrás de él). Había otros problemas logísticos surgidos a partir de la celebración contra el pueblo, como el hacer que monaguillos y sacerdotes concelebrantes se vieran y se desempeñaran decorosamente en la Misa (que es una razón por la cual tantas Misas en las décadas recientes sean celebradas tan descuidadamente). En 1978 Mons. Sawher decidió reemplazar el altar bajo temporario con un digno y por ende hermoso altar de mármol que sería armonioso en muchas formas con la decoración existente.
Cuando estudié cuidadosamente el libro El Espíritu de la Liturgia del entonces Cardenal Ratzinger (ahora Papa Benedicto XVI) me di cuenta de que debíamos dar la cara al Este una vez más y no a la gente en tanto esta posición creaba inadvertidamente un "círculo cerrado" que no apuntaba al Cielo, a Dios (Oriente), sino al hombre (indicando simbólicamente que es el hombre -y no Dios- el punto focal de la Misa). En los primeros años de mi pastorado (actividad pastoral) aquí, el altar bajo fue usado variadamente: primero, de cara al pueblo; luego, de cara a Oriente; y luego, con un movimiento del altar para atrás, algunos pies más cerca del altar principalm con el sacerdote todavía dando la cara al Este. Estábamos poniéndonos progresivamente más en línea con un ideal.
usar el altar bajo mientras se decuida el original de la iglesia. Había un problema con los dos altares. Debe haber un solo altar prominente (principal) en una iglesia, no dos. Es más, para la celebración de la Misa tridentina (ahora una vez más disponible para nosotros), el altar bajo estaba en medio de nuestro camino [litúrgico].
Bien, pueden decir, pero ¿qué ha de hacerse si un sacerdote visitante quiere celebrar Misa dando la cara a la gente? Ya hemos previsto para eso tener disponible un altar que puede ser situado en su lugar en cuestión  de minutos. El mismo también ha sido hecho adecuadamente, conteniendo una verdadera piedra de altar y por tanto digno de la Santa Misa.
Así que ahí lo tienen: La Historia del Altar Bajo en la Gorotto Church. Mi palabra final es personal. Aunque el antiguo altar bajo estaba bien diseñado y elaborado, oscurecía la vista completa del altar mayor e impedía el movimiento litúrgico en el santuario (incluso ahora tiendo a evitar caminar en el espacio donde una vez estaba, imaginando que me encontraría con él). Creo que esta eliminación del altar extra es un caso donde el dicho se confirma: Menos es más.
P. Perrone
* El párrafo quinto comienza así en el texto del cual fue traducido, con lo cual se conservó la frase tal como estaba.

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