"¡Es la comunión eclesial, estúpido!"
Escribí un comentario en la entrada de Wanderer sobre la cuestión del papelito legal que Poli le consiguió a la FSSPX para que no empezaran a evadir impuestos y a tener curas-inmigrantes ilegales. Ecumenismo del bueno, ojo. Decidí publicarlo acá y sacarle un poco de lustre; refinarlo.
Para los parámetros que menciona Wanderer, quizás sea un suerte de línea media 3/4.
Descubrí cuál es el problema de la FSSPX. No digo MI problema con la Fraternidad, porque no es mío, sino de la Fraternidad misma. Y ese problema es que no están en comunión con la Iglesia. En el sentido más básico, llano y esencial. Sin ir a cuestiones canónicas complejas, sin recurrir a las observaciones excesivamente burocráticas.
Podrán tener templos de aspecto católico-s.XIX (pero con micrófonos y bancos, ojo!), curitas bien ensotanados, podrán blandir Summas y Sylla-obuses; tendrán obispos que usen mitras pretiosas de dos metros con pesados y abrillantados brocados. Incluso podrán tener un papelito que diga que son una ONG dentro de la Iglesia romana.
Pero no están en comunión. Y aquí no hay grises que valgan. No hay "comuniones imperfectas" de la misma manera que no hay "casi goles" ni "casi embarazadas". Porque reconocer que existe un Papa --y como autoridad suprema de la Iglesia-- pero que les importe un bledo lo que diga o haga (excepto para criticarlo, por supusto), no es estar en comunión con el Papa. Tampoco lo es confesar el mismo Credo; para el caso muchos protestantes tradis (sobre todo luteranos) confiesan el Niceno-constantinopolitano con Filioque y todo y no están en comunión con nosotros. Lo mismo sucede con diversas "Iglesias independientes". Y ni hablar de los ortodoxos del cisma del 1054. Desde luego, podrán alegar que los unos no reconocen al Papa y que los últimos no reconocen o no entienden igual que nosotros la figura del Sumo Pontífice. Pero hablamos de católicos "tradicionalistas" que sí lo entienden como nosotros, lo confiesan como existente y no le hacen caso. Y sí, establezcamos una frontera de nosotros y ellos, aunque sea en este exclusivo sentido.
Y de la fe y la doctrina no hablo, porque aparentemente un Concilio pastoral hizo importantes definiciones doctrinales que han cambiado la doctrina aparentemente "mutable" de la Iglesia católica.
No están en comunión ni con el Papa, ni con los demás Obispos de la Iglesia universal, ni con nadie. Ni siquiera hay verdadera comunión entre ellos mismos, puesto que cada uno piensa y concibe a la Iglesia, a la Fraternidad y al Papa (por mencionar sólo algunos) a su manera. Que la Roma Aeterna, que la Iglesia Conciliar, que el Papa o el Anti-papa, que el Conciliábulo, que los católicos modernistas, que el Novus Ordo, que todo. Todo aquel que haya tratado o trate con lefes (apócope de lefebvrista, para los menos habituados) sabe que es prácticamente imposible determinar a ciencia cierta qué cree o qué piensa un lefebvrista, más allá de la clásica tríada libertad religiosa, ecumenismo y conciliarismo. Y el Novus Ordo.
La Misa no es una fábrica de Ecuaristía que puede funcionar por sí sola con obreros sublevados que les importe nada el sindicato, los dueños de la factoría, la policía o el fiscal. Ojalá. Probablemente sería genial. Habría menos persecución y los párrocos conservadores podrían manejarse con más autonomía. Pero no. La Iglesia necesita de la obediencia por medio de la comunión eclesial. "Salieron de entre nosotros, pero en realidad no eran de nosotros, porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron, a fin de que se manifestara que no todos son de nosotros" (1 Jn II,19).
La comunión, por supuesto, exige obediencia y por tanto, humildad. Sumisión. Ya el párroco al Obispo, ya el fraile a su prior, ya el la hermana a su abadesa o el Obispo al Papa. Y el Papa a Dios. Cadena de mando; así funcionan las Fuerzas Armadas y no los "comités revolucionarios". Claro, la sumisión y la obediencia --obediencia inteligente, apuntaría rápidamente un agudo comentarista de Wanderer, y obediencia absoluta, retrucaría sin rodeos un abandonado y casi mítico padre de la Tebaida-- exigen tribulación. Y uno pensaría inmediatamente en los FFI. Pero sin irnos a ese triste extremo, podemos irnos a algunos más cercanos, como la FSSP, el IBP, el ICRSS y varios más.
¡Es el capillismo, estúpido!
En la capillita tal, en el priorato cual, en el oratorio-búnker de allá, etc., no hay comunión con la Iglesia. Sólo hay reunión de gente. Una asociación pública de fieles de Lefebvre. Totalmente opuesto al sentido de pertenencia de la comunidad eclesial parroquial. En ellas no hay sectarismo: hay comunidad. De esas mismas de las que habla san Pablo en sus cartas (epístolas para los intransigentes) y que luego fueron "Iglesias particulares" (si se me permite usar esa denominación moderna para no caer en la ambigüedad), como Antioquía, Alejandría, etc.
Y cada comunidad tienen sus características particulares: su idiosincrasia, su posición socio-económica, en algún caso su ideología política, etc. Siempre hubo parroquias "fiesteras" que hacen procesión hasta para el Gauchito, las "conservadoras" encabezadas por un cura de aspecto grave, alguna superpoblada de ancianas beatas rosario en mano, alguna con "el cura que dice buenos sermones", otra con el cura que mete vela e incienso que da miedo, y otra de un cura progresaurio insoportable. No es cierto que la mayoría de las parroquias sean "progresistas" y que los curas prediquen herejías. Algunos dicen estupideces o hablan "como uno más" en lugar de posicionarse como la autoridad; pero eso es otra cosa.
Y aún así, como comentaba alguno en el blog de Wanderer, los más grandes heresiarcas, y medianos y pequeños emprendedores herejes de los últimos cinco siglos al menos, ciertamente que se criaron y celebraron --en caso de ser sacerdotes-- la "Misa tradicional". Bugnini la celebró. Lutero también. Enrique VIII asistía a ella casi diariamente. Y así tantos otros.
Pero volviendo a las parroquias, en ellas hay un fortísimo sentido eclesial; se reza por el diocesano y por el Papa. Y se leen los mensajes pastorales del Obispo local y del Papa. Hay reuniones de decanatos; hay visitas pastorales del Obispo local a sus parroquias. Y eso se siente, se percibe. Y no se siente ni se percibe en la capillita lefe. Y he ido varias veces; cada tanto voy. Las gracias actúan igualmente, creo. También en la iglesia apostólica armenia que visito cada tanto. Pero con ninguna de las dos hay comunión eclesial.
Las capillas de la FSSPX son fábricas tomadas por los obreros que producen ilegalmente Sacramentos; son sal de intransigencia y luz de priorato.
La FSSPX, con las virtudes que pueda poseer y las buenas obras que realice, no está en comunión con la Iglesia visible ni con el Vicario de Cristo. Ni aunque tenga un papelito provisorio que le de status canónico para la Arquidiócesis de Buenos Aires.