Traducimos a continuación la declaración de Edward Pentin en respuesta a la entrevista del cardenal Kasper, que ahora el cardenal niega haber hecho.
En respuesta a la declaración de Su Eminencia el Cardenal Kasper, negando haber dado la entrevista que apareción en Zenit el miércoles 15 de octubre, formulo la siguiente respuesta:
"Su Eminencia el Cardenal Walter Kasper nos habló a mí y a otros dos periodistas, uno británico, la otra francesa, alrededor de las 19:15 del martes, al salir del salón del Sínodo.Transcribí la grabación de nuestra conversación, y mi iPhone, en el cual grabé el intercambio, estaba visible. Me presenté como periodista del [National Catholic] Register, y los otros se presentaron como periodistas. Por tanto me figuré que la entrevista era pública y Su Eminencia parecía contento de hablarnos. Al final publiqué la entrevista completa en Zenit y no en el Register. Zenit quitó el artículo el jueves en respuesta a la negación del cardenal Kasper.
Su Eminencia no hizo comentario alguno de que no quisiera publicadas sus palabras. Depende del contexto, pero normalmente en tal situación los comentarios son considerados públicos a menos que se pida lo contrario.
La grabación puede ser descargada abajo. Un par de preguntas vinieron de los otros dos periodistas y los incluí como parte de esta entrevista. Algo de la calidad del inglés ha sido mejorada para la publicación."
[El audio está en inglés en el sitio web del periodista].
Transcripción de la entrevista
-Su Eminencia, ¿cómo va todo en el Sínodo?
Todo está tranquilo ahora. Esta mañana estaba un poco en llamas, pero por supuesto, eso es por ustedes, ¡los periódicos!
-Ayer se nos dijo que el "espíritu del Vaticano II" estaba en el sínodo. ¿Está de acuerdo con esto?
Éste es el espíritu del Concilio, eso es muy verdadero.
-¿Ha visto algún movimiento sobre el divocio y la cuestión de "los vueltos a casar"?
Esperaba que hubiera alguna apertura y creo que la mayoría está a favor. Esa es la impresión que tengo, pero no hay voto. Pero creo que quedará alguna apertura [por suceder]. Quizás también quede para la próxima parte del sínodo.
-¿Ha visto crecer la oposición a sus propuestas en los últimos días?
No. En la primera parte del sínodo vi una mayoría creciente a favor de una apertura. Lo vi --pero es más una sensación. No hubo voto; habrá voto pero no todavía.
-¿Sabe cuál es la visión del Santo Padre al sínodo y cómo está yendo, en ese sentido?
No ha dicho --él ha estado en silencio, ha escuchado muy cuidadosamente pero es claramente lo que quiere y eso es evidente. Quiere a una gran parte del episcopado con él, y lo necesita. No puede hacerlo en contra de la mayoría del episcopado.
-¿Hay alguna impresión de que él esté tratando de empujar las cosas en esa dirección?
Él no empuja. Su primer discurso fue libertad: libertad de expresión; todo el mundo debería decir qué piensa y qué se le pasa por la cabeza, y esto fue muy positivo. Nadie está preguntando ¿qué pensará el Santo Padre de esto?, ¿qué cosas puedo decir? La libertad de expresión ha estado muy viva aquí en este sínodo, más que en los otros.
-Se ha dicho que agregó cinco reportadores especiales el viernes, para ayudar al reportador general, el cardenal Peter Erdo. ¿Esto es porque él está tratando de empujar las cosas de acuerdo a sus deseos?
No veo que eso esté pasando en la cabeza del Papa. Pero creo que la mayoría de esas cinco personas son gente abierta que quiere seguir con esto. El problema, también, es que hay diferentes problemas de los diferentes continentes y las diferentes culturas. África es totalmente diferente a Occidente. También los países asiáticos y musulmanes, son muy diferentes, especialmente sobre los gays. No puedes hablar de esto con africanos y gente de países musulmanes. No es posible; es un tabú. Para nosotros, decimos que no debemos discriminar; no queremos dicriminar en ciertos aspectos.
-¿Pero los participantes africanos han sido escuchados en lo referido a esto?
No, la mayoría de ellos [que sostienen estos puntos de vista no hablarán del tema].
-¿No han sido escuchados?
En África, donde es tabú, por supuesto [que sus visiones son escuchadas].
-¿Qué ha cambiado, para usted, en cuanto a la metodología de este sínodo? (pregunta de la periodista francesa)
Creo que al final debe haber una línea general en la Iglesia, un criterio general, pero entonces las cuestiones de África no podemos resolverlas. Debe haber espacio también para las conferencias episcopales locales para resolver sus problemas, pero diría que con Áfrcia es imposible [para nosotros resolverlo]. Pero no deberían decirnos mucho qué debemos hacer.
-Hay mucha preocupación sobre su propuesta.
Sí, sí, hay mucha.
-La gente dice que está causando muchísima confusión entre los fieles, y la gente está preocupada. ¿Qué dice a esto?
Yo sólo puedo hablar de Alemania, donde una gran mayoría quiere una apertura en el divorcio y en la "vuelta a casarse". Lo mismo en Gran Bretaña, está en todos lados. Cuando hablo con laicos, también los ancianos que han estado casados por 50, 60 años, nunca han pensado en divorcio, pero ven el problema en su cultura, y así toda familia tiene un problema estos días. El Papa también me dijo que [tales problemas existen] también en su familia, y él ha mirado al laicado y ha visto que la mayoría está por una apertura razonable, responsable.
-Pero la gente siente que la enseñanza de la Iglesia está siendo minada por su propuesta, si prospera; que está deshaciendo 2000 años de enseñanza de la Iglesia. ¿Cuál es su visión sobre esto?
Bueno, nadie está poniendo en cuestión la indisolubilidad del matrimonio. No creo que sea una ayuda para la gente, pero si miras a esta palabra de Jesús, hay diferentes evangelios sinópticos en diferentes lugares, en diferentes contextos. Es diferente en el contexto judeo-cristiano y en el contexto helénico. Marcos y Mateo son diferentes. Ya había un problema en la era apostólica. La Palabra de Jesús es clara, ¿pero cómo aplicarla en contextos complejos, en situaciones diferentes? Es un problema que tiene que ver con la aplicación de esas palabras.
-¿La enseñanza no cambia?
La enseñanza no cambia pero se la puede hacer más profunda, puede ser diferente. También hay cierto crecimiento en la compresión del Evangelio y la doctrina, un desarrollo. Nuestro famoso cardenal Newman había hablado sobre el desarrollo de la doctrina. Esto tampoco es un cambio sino un desarrollo sobre la misma línea. Por supuesto, el Papa lo quiere y el mundo lo necesita. Vivimos en un mundo globalizado y no puedes gobernar todo desde la Curia. Tiene que haber una fe común, una disciplina común, pero una diferente aplicación.
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