4 de marzo de 2011

Don Nicola Bux sobre “la reforma de la reforma” y los obstáculos a Summorum Pontificum



Don Nicola Bux, latinista papal y consultor de la Congregación para el Culto Divino, ha publicado un libro con un provocador título: “Cómo ir a Misa y no perder la fe”. A raíz de ello, ha concedido diversas entrevistas en medios italianos. Aquí un aparte de una de esas entrevistas, concedida al periódico Avanti, Mar-04-2011 página 5 (copia facsmilar en la imágen). Traducción al español de Secretum Meum Mihi.

¿En qué punto está la “reforma de la reforma” deseada por Benedicto XVI?

Con esta expresión, que Ratzinger utilizó cuando todavía era Cardenal prefecto la Congregación para la Doctrina de la Fe, él quería decir que la reforma que comenzó después del Concilio debía reanudarse, y en alguna manera corregirse donde se necesite, para usar sus palabras, la restauración de la pintura había arriesgado mucho, ya en el intento de pulirla se había tomado el riesgo de quitar también las distintas capas de color. Él comenzó esta restauración a través de su propio estilo. El Papa celebra la liturgia en un estilo moderado, no gritado. También desea que las oraciones, los cantos y cualquier otra cosa no usen tonos exhibicionistas. Y después, es necesario enfatizar dos gestos particulares que son evidentes en sus liturgias: haber interpuesto entre sí y la asamblea la cruz, para indicar que el rito litúrgico no está dirigido al Ministro sacerdotal sino a Cristo, y hacer recibir la Comunión de rodillas, para indicar que no se trata de una cena en el sentido mundano de la palabra, sino una comunión con el cuerpo de Jesucristo que primero es adorado, segundo las palabras de San Agustín, para luego ser comido.


¿Cuantos obstaculos enfrenta el Motu Proprio Summorum Pontificum sobre la misa pre-conciliar?

Creo que actualmente los obstáculos son cada vez más débiles respecto a cuando apareció el Motu proprio, en 2007. A través de la Internet se puede ver cómo hay un discreto movimiento de jóvenes que buscan, y en cuanto sea posibe practicar la Misa Tradicional, también llamada Misa en latín o Misa de siempre. Y esto creo que sea un signo muy importante que hay que acoger.

Es claro que los pastores de la Iglesia, en primer lugar los obispos y después los párrocos, aunque a menudo dicen que tenemos que ser capaces discernir los signos de los tiempos, expresión muy en uso después del Vaticano II, muy menudo no entienden que los signos de los tiempos no los establecen ellos, pero se presentan y sobre todo son regulados por los jóvenes. Creo que este es el síntoma más interesante, porque si la Misa tradicional van los ancianos, los adultos, se podría tener la sospecha de que se trata de una nostalgia. El hecho de que sen prevalentemente los jóvenes los que buscan y participan en la Misa en latín es completamente inesperado y merece ser leído, comprendido y sobre todo acompañado por parte de los obispos.


Creo que el Papa tiene conocimiento de esto y por eso intenta dar un ultrior aporte por medio de una instrucción aplicativa del Motu proprio para ayudar a todos a comprender que, además de la nueva forma del rito romano está la forma antigua o extraordinaria.

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