1. Bendiga la mesa, también cuando coma fuera de casa o con amigos. Ser cristiano no es tener SIDA.
2. Ponga unos azulejos, con una imagen de la Virgen, en la fachada de su casa.
3. Escriba de lo que sabe, con sentido cristiano. Los que escriben sin sentido cristiano tampoco son escritores.
4. En el restaurante, pregunte al camarero los viernes qué platos de abstinencia le recomienda. Explíquele luego por qué es que le hace la pregunta.
5. Recuerde al kiosquero de su calle que la ley prohíbe exponer a la vista revistas pornográficas.
6. Si usted es casado, no se limite a solicitar en el colegio la enseñanza de la religión para sus hijos: compruebe lo que les enseñan y proteste –como cualquier consumidor estafado- si les dan gato por liebre.
7. Si usted es religioso, recuerde que el hábito queda de lo más testimonial. Sacúdale el polvo y llévelo de la mañana a la noche.
8. Cancele su suscripción a ese periódico y el país tendrá un lector manipulado menos.
9. Escriba al director de su nuevo periódico y sugiérale que incluya la calificación moral de las películas de televisión.
10. Enseñe con orgullo a sus ocho hijos, y pregunte a sus amigos, desconsolado, si ellos no han logrado tener más que esa parejita.
11. Si es sacerdote, pase ocho horas diarias en el confesonario. Si no lo es, pásese cinco minutos semanales por el confesonario.
12. No diga “chau”, diga “adiós”. No diga “menos mal”, diga “gracias a Dios”. No diga “quizá”, diga“si Dios quiere”
13. Sea postmoderno. Atrévase a elogiar ante sus amigos la santa pureza, la mortificación corporal, la virginidad o la obediencia al Papa, y deje que los que tengan complejo vayan al psiquiatra.
14. En Navidad ponga, si quiere, arbolito en su casa; pero no deje que sustituya al Belén. Y envíe por esas fechas tarjetas con un Pesebre, no con niños cursis y cerulíticos jugando con la nieve.
15. En verano, tape sus vergüenzas en la playa y, mejor aún, veranee en el monte.
16. No se cuelgue un colmillo al cuello. Aparte de que es uno horterada, el día de su entierro comprobará que era más práctica una medalla-escapulario.
17. No pierda el tiempo viendo cómo se cuece un huevo. Un huevo pasado por agua estará en su punto en el tiempo de un Credo.
18. Repase el catecismo con sus hijos, que le vendrá muy bien a usted. ¿No le da vergüenza no saber ni siquiera la receta para dejar en su punto un huevo pasado por agua?
19. Vaya por la calle de la mano de su novia, y regálele una bufanda si es que pasa frío.
20. Con la misma desenvoltura con que usted cita a Mahoma, Gandhi o Martin Luther King, pruebe con la Epístola a los Filipenses, el Evangelio de San Mateo o San Cirilo de Jerusalén.
21. No regale el libro más vendido sin comprobar antes que no se trata de la última basura del planeta. Busque mejor una obra clásica de espiritualidad.
22. El sacerdote no es Paco o Manolo, sino Cristo. Muestre su veneración a los sacerdotes, tratándoles de usted.
23. Por San Antón, para su perro y gato pida la bendición. Bendición que nunca pasa. Por San Cristóbal su coche y por la Pascua su casa.
24. Sonría. Una Argentina más cristiana es una Argentina más alegre.
25. No se queje. Haga algo.
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