Traducimos a continuación el artículo escrito en lengua portuguesa por Kairo Rosa Neves de Oliveira en el sitio Subsídios Litúrgicos Summorum Pontificum (...) que hace referencia al curisoso uso de dos ambones durante la Misa de apertura del Sínodo de los Obispos, en Roma.
Nota de actualización: aunque el artículo es bastante viejo -lo reconozco-, no creo haber encontrado repercusión en los sitios hispanohablantes -sobre todo los dedicados a la liturgia-, así que contribuyo a su difusión. No tiene desperdicio.
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Todos deben tener visto en los blogs y también en las redes sociales al Santo Padre usando el fanón en el día de ayer. Otra novedad que puede haberse escapado a la vista de algunos es una interesante disposición del espacio donde fueron hechas las lecturas. No uno sino dos ambones fueron usados. ¡Y no es la primera vez! En la apertura del Sínodo de los Obispos y también en la del Año de la Fe los ceremonieros pontificios ya habían colocado en la Plaza de San Pedro otro ambón para las lecturas "al sur" del altar.
El ambón de la epístola fue ubicado en la parte superior de la escalera de la basílica que sirve de presbiterio en la celebración. A la misma distancia del altar que el otro ambón. Desde allí se hicieron las lecturas, fue cantado el salmo y, al final de la litrugia de la palabra se hizo la oración de los fieles.
El ambón de la epístola, segunda lectura siendo hecho por un clérigo oriental.
El ambón el lado derecho, que ya era usado, estaba notablemente más florido y allí fue proclamado el Evangelio. Eso corresponde a la práctica prevista en el misal de 1965, que conserva los lados "cornu epistolae" y "cornu evangelii" pero ya se ha reanudado la práctica del uso del ambón como obligatoria en la liturgia.
El ambón del Evangelio: diácono cantando el Evangelio.
Cabe ahora hacer un puente entre la liturgia de 1965 y la liturgia actual. Para eso precisaremos de ir un poco antes: estudiar el origen de esta pieza en la arquitectura de las iglesias cristianas que está antes del mismo origen del cristianismo. El ambón ya se encontraba en la liturgia de la Sinagoga y también en las cortes civiles para el uso de los abogados. Pasó entonces a nuestra liturgia como una gran facilidad, siendo abundantemente encontrado en la arquitectura cristiana ya en los primeros siglos.
En el siglo V era común encontrar en las iglesias mayores dos ambones, como se puede ver en la Basílica de San Anselmo. Uno, a la derecha, era propio del obispo -siempre que no hablaba desde la cátedra- y del diácono al cantar el Evangelio, al lado del cual más tarde se colocaría el candelero para el Cirio Pascual. El otro, a la izquierda, el más bajo, era propio de aquel que cantaba el Responsorio-Gradual.
Con el pasar del tiempo, sin embargo, los ambones desaparecieron casi completamente del rito romano. En la Misa solemne el subdiácono cantaba la Epístola de un lado del presbiterio teniendo el Epistolario asegurado por un acólito; el diácono a su vez era ayudado por el subdiácono a cantar el Evangelio. En la Misa rezada ["Misa baja"] las lecturas eran hechas desde los bordes del altar manteniéndose entre tanto la localización primitiva de cada texto litúrgico: la Epístola era leída a la izquierda en tanto que el Evangelio era leído a la derecha. De ese uso procede la expresión "Cornu Epistolae" y "Corny Evangelii" e incluso la separación del propio espacio sagrado del lado de la Epístola y del Evangelio.
La homilía sin embargo no perdió su lugar, pasando a ser pronunciada desde los púlpitos. Estos, aunque tuviesen una apariencia semejante a los ambones, diferían significativamente de sus ancestros por un detalle interesante: no eran usados para la Misa propiamente dicha en tiempos en que la homilía no era tenida como parte de la Misa. De hecho la homilía podía ser hecha antes o después de la Misa, o simplemente el predicador se quitaba la casulla -o al menos el manípulo- indicando la "suspensión" de la misma para la predicación. [N. del T.: recordemos que ambos ornamentos son propios y exclusivos de la Liturgia Eucarística]
Así los ambones de la liturgia primitiva eran piezas de uso litúrgico en tanto que los púlpitos no lo eran. Es común observar todavía en las iglesias, como es el caso de la Catedral de San Pablo [Brasil, como también pueden observarse en la Catedral Metropolitana de BsAs], dos púlpitos, uno de cada lado de la iglesia. Eso en nada refleja los dos ambones que se acostumbraba tener, y que el Misal de 1965 exige tener de vuelta. La presencia de dos púlpitos sirve para que el predicador pueda ser visto por el obispo (que tradicionalmente se sienta del lado derecho) o por el presbítero (del lado izquierdo) cuando no el mismo clérigo que oficia la Misa y hace la homilía.
Volviendo a los días actuales, vemos que las reformas del siglo XX acabaron por recolocar los ambones en el rito romano; primero dos ambones, según las rúbricas de 1965, después apenas un ambón, conforme al Misal de 1970 y posteriores. Cabe resaltar, sin embargo, que según las rúbricas de 2002, no se prohíbe explícitamente el uso de dos ambones aunque toda la IGMR [Instrucción General del Misal Romano] trate de ambón, siempre usando el singular. Y parece ser en ese punto que el Departamento de Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice da un paso más "ad fontes".
Ambón de la Epístola: corista canta el Salmo en la Misa de apertura del Sínodo de los Obispos.
El uso de dos ambones torna la forma ordinaria más de acuerdo con la forma extraordinaria del rito romano, siendo un paso en la dirección de la reforma de la reforma de Benedicto XVI. Puede ser un poco precipitado el decirlo, pero parece que dos ambones pasarán a figurar en las Misas papales.
Salven la Liturgia.
NOVO MOVIMENTO LITÚRGICO BENEDITIANO.
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