23 de marzo de 2012

Bux y Navas Ortiz, ¿quién da más?

"Muy emotiva", califican los lectores de la media, luego de leer la misiva de Mons. Nicola Bux dirigida al ambiente auto-proclamado "tradicionalista" de la FSSPX, t más que nada a su Superior General, Mons. Fellay.

 
Mons. Nicola Bux.

Desgraciadamente nos ha llegado una respuesta reaccionaria del R.P. Rafael Navas Ortiz, IBP que da cuenta de la lamentable situación que vivió el Instituto en Chile. Digo "desgraciadamente" porque le da una pincelada sumamente negativa y triste ilustrando las realidades que se viven en muchos países de la "periferia" católica, donde al libre albedrío lo controlan los obispos. Y reafirmo "desgraciadamente" porque esta respuesta, que es válida en sí misma, ha dado el pie perfecto para que los "tradicionalistas" manden a Bux a planchar mondongo.

Navas 
R.P. Rafael Navas Ortiz, IBP

Ciertamente, aunque publicado informalmente en su cuenta de Facebook -y podemos agregar que quizás con algo apasionado al hacerlo- nos da la pauta de un tema que aún queda pendiente. Aquí publico la carta abierta:
Mons. Nicola Bux llama a Mons. Fellay:
"En la plena comunión eclesial con la gran familia, que es la Iglesia católica, vuestra voz no será despreciada, vuestro empeño no será ni desdeñable ni descuidado, sino que podrá traer, con el de muchos otros, frutos abundantes; estando fuera, en cambio, se vería disperso."
Ojalá fuera verdad tanta belleza:
No es que desconozca la buena voluntad de Mons. Nicola Bux, pero la realidad ha sido otra y está mostrando lo contrario con el trato dado al Instituto del Buen Pastor (IBP) por parte de los obispos de Chile, en especial de Santiago y sus alrededores... que no toleran al IBP con su especificidad recibida de la Santa Sede y consagrada en la aprobación de sus estatutos; se le niega inclusive su existencia canónica. Es el desprecio y el desdén, el descuido y la dispersión como formas modernas de persecución eclesiástica por esa parte de "la gran familia católica" "obras son amores (desamores en este caso) y no buenas razones". Es el "Gran pecado" de celebrar exclusivamente el rito antiguo y el compromiso estatutario de colaborar con el Papa, en cuanto sea posible, en una visión del Concilio V II a la luz de la Tradición.
Oremos!

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