Del sitio Vatican Insider nos venimos a enterar de que dentro de la Congregación para el Culto Divino se va a crear proximamente una comisión encargada de echarle un ojo a la construcción de las iglesias, y que se va a encargar además de la música y el canto sacro. Bienvenido sea, sólo dos palabras: Deo gratias!
Reproduzco a continuación parte del artículo. Resaltados e imágenes adjuntas son obra de J.V.
Un equipo para decir “alto” a las iglesias-garage, a esas arquitecturas atrevidas que corren el riesgo de desnaturalizar muchos modernos espacios de culto católicos. Y para promover un canto que ayude verdaderamente a la celebración de la misa. En las próximas semanas, será creada, al interior de la Congregación del Culto Divino la «Comisión para el arte y la música sacra para la liturgia». No se trata de una simple oficina, sino de un verdadero equipo que tendrá la tarea de colaborar con las comisiones encargadas de valorar los proyectos de las nuevas iglesias en las diócesis, así como de profundizar sobre el tema de la música y del canto que acompañan la celebración.
El cardenal Antonio Cañizares Llovera, Prefecto del Culto Divino, de acuerdo con Benedicto XVI, considera este trabajo como «muy urgente». La realidad es evidente: en los últimos años, las iglesias han sido sustituidas por construcciones que parecen más salones multiuso que iglesias. Y muy a menudo, los arquitectos, incluso los más famosos, no parten de lo que es la liturgia católica para llevar a cabo sus proyectos y terminan haciendo construcciones de vanguardia que se parecen a todo menos a una iglesia. Cubos de cemento, cajas de vidrio, formas azarosas, espacios confusos en los que, una vez dentro, se percibe todo menos el sentido de lo sacro y del misterio, en donde el tabernáculo está medio escondido y, a veces, hay que buscarlo como si fuera un tesoro, o en donde las imágenes sacras casi no tienen lugar. La nueva comisión, cuyo reglamento será redactado en estos días, dará indicaciones precisas a las diócesis, ocupándose solo del arte para la liturgia, no del arte sacro en general, así como de la música y del canto para la liturgia. Contará con los poderes jurídicos de la Congregación del Culto.
S.E.R. Antonio Cañizares Llovera, Prefecto del Culto Divino
Vistas exteriores
Vistas interiores
Como es sabido, el pasado 27 de septiembre, Benedicto XVI, con el motu proprio “Quaerit semper”, había transferido a la Rota Romana (que es el tribunal de la Santa Sede) la competencia sobre dos materias de las que hasta entonces se ocupaba la Congregación para el culto. La primera de ellas tiene que ver con la nulidad de la ordenación sacerdotal que, como sucede para el matrimonio, puede anularse a causa de vicios de materia o de forma, de consenso o de intención, tanto por parte del obispo que ordena como del clérigo que es ordenado. La segunda materia es la dispensa en los casos de matrimonios contraídos pero no consumados. Prácticas que ocupaban bastante al dicasterio de Cañizares.
El Santo Padre acompañado de la Rota Romana
En el motu proprio, el Papa explicaba que: «En las circunstancias actuales, ha parecido conveniente que la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos se dedique principalmente a dar nuevo impulso a la promoción de la Sagrada Liturgia en la Iglesia, según la renovación querida por el Concilio Vaticano II a partir de la Constitución Sacrosanctum Concilium». El dicasterio debe, pues, dedicarse «a dar nuevo impulso a la promoción de la Sagrada Liturgia en la Iglesia», sobre todo con el ejemplo. Desde este punto de vista, con respecto a los proyectos iniciales, parece irse alejando cada vez más la idea de una «reforma de la reforma» litúrgica (expresión que usó el mismo Ratzinger cuando era cardenal), y prevalece, en cambio, un proyecto de amplias dimensiones que, sin proponer la introducción de modificas en la misa, se ocupe de favorecer el “ars celebrandi” y la fidelidad a los dictámenes y a las instituciones del nuevo misal.
Para tener en cuenta...
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