25 de febrero de 2012

"La Fraternidad de San Pío X y la Iglesia indefectible"

E. R.P. José María Uriburu, escritor para el sitio InfoCatólica desde su blog Reforma o Apostasía ha escrito un artículo titulado La Fraternidad de San Pío X y la Iglesia indefectible en el cual realiza, en perspectiva de las conclusiones del diálogo Ecclesia Dei - FSSPX, una síntesis de lo que cree son las diferencias doctrinales que dificultan la regularización canónica de ésta última dentro de la Iglesia.

R. P. José María Uriburu

Para ello presenta una sintética y exhaustiva obra muy breve en la cual plantea cada una de las cuestiones en "disputa", por así decirlo, brindando fuentes (encíclicas, documentos conciliares, etc.) y citas (Padres de la Iglesia, papas, santos, etc.), para terminar construyendo la posición de la Iglesia, en continuidad con el legado de la Tradición y según el Magisterio infalible.

Dado que me ha resultado sumamente completo y satisfactorio, lo comparto con ustedes. Pueden acceder al mismo aquí, en formato PDF.

14 de febrero de 2012

Misa Pontifical en Miami

Presento aquí el video en calidad HD de la Santa Misa Pontifical celebrada en la Forma Extraordinaria por el Arzobispo Thomas Wenski de Miami el día 2 de febrero, en ocasión de la festividad de la Presentación de Jesús en el Templo (llamada de la Purificación de María antes de la reforma del calendario litúrgico), y que tuvo lugar en la iglesia de la Epifanía (Epifany church); esta festividad es celebrada cuarenta días después de Navidad, también llamada fiesta de las luces en algunos países, especialmente los anglosajones.

Mons. Wenski.

Mons. Wenski presidió la Santa Misa a la cual asistieron más de mil doscientos fieles (muchos más de lo esperado), que pudieron seguir el oficio con folletos repartidos a tal efecto, y contó con la participación de  alrededor de setenta y cinco sacerdotes y seminaristas, algunos párrocos locales y otros pertenecientes a la Fraternidad Sacerdotal San Pedro (FSSP). El R.P. Calvin Goodwin, FSSP, comenta el video, explicando cada parte para un espectador poco acostumbrado.

Fr. Calvin Goodwin (aquí en una presentación de un DVD de entrenamiento para celebrar el usus antiquor,  que puede consultarse aquí).

La Santa Misa contó con la bendición de las velas y una procesión por el interior de la iglesia, tras la cual se ofició el Santo Sacrificio del Altar. En el mismo participó una Schola Cantorum (ver abajo) proveniente de una parroquia local llamada St. Michael. Mons. Wenski utilizó ornamentos del primer arozbispo de Miami, Coleman Carroll, tales como la capa magna, la mitra simple, la capa pluvial y el alba de encaje.

 
Entrada de Mons. Wenski a la iglesia, revestido con la antigua capa magna de Mons. Coleman.

Procesión de las velas ("candlemas" en inglés)

Mons. Wenski revestido con tunicela y dalmática, quirotecas y palio, y tocado con una mitra preciosa (porta en la ziquierda el báculo).

Schola Cantorum, presidida por Jennifer Donelson, 
profesora adjunta en la Nova Southeastern University.

Mons. Wenski lee la homilía desde la sede.

Incensación del altar.

Fieles aguardando la Santa Comunión.

Fuente: Arquidiócesis de Miami (aquí); se puede consultar también aquí (en portugués).
Fotos: Ana Rodriguez-Soto, Florida Catholic.

13 de febrero de 2012

Mucho ruido... ahora esperando las nueces

Entre la cartita anónima (y su mordkomplott), los dichos de Mons. Luigi Bettazzi para la RAI y la entrevista a Mons. Walter Kasper, ¿podemos tratar de vislumbrar algo entre esta maraña de elementos que tenemos extrañamente a mano, para poder especular sobre el futuro?

Personalmente decidí no hacer comentario alguno sobre la misiva anónima magnificada por los medios (Elisabetta Pique tuvo para saborear todo el fin de semana), por desestimarla, tal como calificaron otros, de real pero desproporcionadamente ridícula...

Mons. Kasper, gran amigo del entonces Card. Raztinger, hoy felizmente Sumo Pontífice, nos habla de "falta de eclesialidad", de deslealtad tanto a la Iglesia como al Vaticano, ventilando asuntos internos a los medios de comunicación, que justamente hacen tan mal a la figura de la Iglesia.

Mons. Walter Kasper, Presidente emérito del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

Y ahora sale Mons. Bettazzi a traer nuevamente a colación el tema de la ya discutida renuncia papal. Que el papa está muy fatigado, que hay que dar estos shocks para estar preparado para éste, etc. Se puede escuchar el audio de la entrevista de radio en el enlace (al principio del post).

Mons. Luigi Bettazzi, Obispo emérito de Ivrea, Italia.

¿Habrá en todo esto por lo menos algo, una pizca, de verdad? Veremos. Por ahora, como dice Mons. Kasper, el Santo Padre seguramente está muy entristecido con todo este ballet vaticano. ¿Un sucesor papa para que re-ordene la Curia? Veremos.

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Actualización (15/02/12):
Mons. Luigi Bettazzi se ha retractado de sus dichos en un texto publicado en el periódico italiano La Sentinella del Canavese. Entre otras cosas, dice (traducción por Secretum Meum Mihi)
“Por caridad, ayúdenme a desmontar todo el ‘Can Can’ que siguió a mi línea provocatoria, dada a una pregunta igualmente provocadora del presentador de la transmisión —dice el obispo emérito de Ivrea, contactado por teléfono en su residencia de Albiano— En efecto, con referencia a las recientes voces de un hipotético complot para atentar la vida de nuestro amado Pontifice, simplemente he respondido que una cosa de ese género me parece inverosímil, por cuanto estaría dirigido a una persona anciana, mansa y sufriente, ciertamente cansada y entonces la hipótesis de la renuncia también podría ser real”.

10 de febrero de 2012

El Año de la Fe y la Sagrada Liturgia


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[Presentamos nuestra traducción de] un interesante artículo publicado en el blog “Salvem a Liturgia” sobre la relación entre el próximo Año de la Fe, fuertemente querido por Benedicto XVI, y la Sagrada Liturgia, una de los máximas preocupaciones del actual pontificado.

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El Santo Padre proclamó recientemente un Año de la Fe, que comenzará el 11 de octubre de 2012 – 50º aniversario de la apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II y 20º aniversario de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica – y culminará en la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo (24 de noviembre de 2013). Se trata de “una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo” (Carta apostólica Porta Fidei, n. 6), con un énfasis muy fuerte en la catequesis y en la nueva evangelización, como se puede entender por la propuesta del Santo Padre.




La elección de la fecha de inicio no es una mera coincidencia, sino más bien “una ocasión propicia para comprender que los textos dejados en herencia por los Padres conciliares, según las palabras del beato Juan Pablo II, «no pierden su valor ni su esplendor. Es necesario leerlos de manera apropiada y que sean conocidos y asimilados como textos cualificados y normativos del Magisterio, dentro de la Tradición de la Iglesia»” (Ibíd., n. 5). Y el Sumo Pontífice recuerda una vez más las palabras del célebre discurso en que comentó, por primera vez como Papa, la cuestión de la hermenéutica del Concilio, de ruptura o continuidad: “Yo también deseo reafirmar con fuerza lo que dije a propósito del Concilio pocos meses después de mi elección como Sucesor de Pedro: «Si lo leemos y acogemos guiados por una hermenéutica correcta, puede ser y llegar a ser cada vez más una gran fuerza para la renovación siempre necesaria de la Iglesia»”


La hermenéutica de la continuidad: (de derecha a izquierda y de arriba para abajo):
Beato Juan Pablo II, Pablo VI, San Pío V, Pio IX, San Pío X, Beato Juan XXIII y Benedicto XVI


¿Qué tiene que ver el Año de la Fe con la Liturgia? ¡Todo! Lex orandi, lex credendi. Y la forma en que se llevan cabo la mayoría de nuestras celebraciones litúrgicas parece indicar al mundo que nuestra fe en nada se distingue de otras “opciones” disponibles en el “mercado” de las religiones, de las sectas y de la auto-ayuda. Pero si realmente creemos en que el Verbo de Dios se hizo carne y habitó entre nosotros, ofreciéndose a sí mismo en sacrificio a Dios Altísimo para rescatarnos de las tinieblas del pecado, y que este sacrificio es perpetuado en el tiempo de forma incruenta por medio del Santo Sacrificio del Altar, es esto lo que nuestras celebraciones litúrgicas – y en especial la Santa Misa – precisan decir. Pienso que es esto lo que el Santo Padre quiso decir al afirmar que “sin la liturgia y los sacramentos, la profesión de fe no tendría eficacia, pues carecería de la gracia que sostiene el testimonio de los cristianos” (Porta fidei, n. 11). Después de todo, ¿de qué sirve decir “yo creo” si no hay una coherencia de vida, tanto en la vida secular como en la vida espiritual? ¿Cómo decir “yo creo” y rezar como si no se creyese o como si no hiciese la diferencia?

...otras “opciones” disponibles en el “mercado” de las religiones, de las sectas y de la auto-ayuda.


El Santo Padre nos indica el camino. Conocer y asimilar los textos del Concilio Vaticano II. Y aquí entra la Constitución conciliar Sacrosanctum Concilium sobre la Sagrada Liturgia. El primer documento en ser aprobado por los padres conciliares y ciertamente el primero en ser ignorado en cuanto a su aplicación práctica. Que el Concilio Vaticano II quiso una reforma litúrgica todo el mundo lo sabe: después de todo, es casi uno de los dos únicos puntos del documento que se comentan. Curiosamente, estas personas que se dicen aplicadoras de la reforma litúrgica son las mismas que dicen por ahí que el Concilio abolió el latín, que el Concilio quiso el fin de la celebración orientada (versus Deum, ad orientem).


No es nada de eso lo que el Concilio quiso decir en lo referente a la Sagrada Liturgia porque no fue para eso que los 2147 padres conciliares dieron su placet cuando aprobaron el documento. El Papa Benedicto, en el mismo discurso citado anteriormente, califica como peligrosa la hermenéutica de la discontinuidad, que “afirma que los textos del Concilio como tales no serían aún la verdadera expresión del espíritu del Concilio”. Siguiendo la clave hermenéutica del Papa, lo que quiso de hecho el Concilio fue, por sólo citar dos ejemplos:
- la conservación del uso del latín en los ritos latinos, dejando más espacio para la lengua vernácula, especialmente en las lecturas y moniciones, en algunas oraciones y cantos (Sacrosanctum Concilium, n. 36);
- la primacía del canto gregoriano en la acción litúrgica, como canto propio de la liturgia romana, si bien no se excluyen otros géneros de música sacra, como la polifonía (Sacrosanctum Concilium, n. 116).

Complementando el Motu proprio que promulgó el Año de la Fe, en el pasado 6 de enero, Solemnidad de la Epifanía del Señor, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó la “Nota con indicaciones pastorales para el Año de la Fe”. Algunos puntos que destaco, por estar relacionados directa o indirectamente con la Sagrada Liturgia y la re-sacralización litúrgica que va siendo promovida por el Santo Padre a lo largo de su pontificado:

III. En el ámbito diocesano

1. Se auspicia una celebración de apertura del Año de la fe y de su solemne conclusión en el ámbito de cada Iglesia particular, para «confesar la fe en el Señor Resucitado en nuestras catedrales e iglesias de todo el mundo».

2. Será oportuno organizar en cada diócesis una jornada sobre el Catecismo de la Iglesia Católica, invitando a tomar parte en ella sobre todo a sacerdotes, personas consagradas y catequistas. En esta ocasión, por ejemplo, las eparquías católicas orientales podrán tener un encuentro con los sacerdotes para dar testimonio de su específica sensibilidad y tradición litúrgicas en la única fe en Cristo; así, las Iglesias particulares jóvenes de las tierras de misión podrán ser invitadas a ofrecer un testimonio renovado de la alegría de la fe que las distingue.

5. Será oportuno verificar la recepción del Concilio Vaticano II y del Catecismo de la Iglesia Católica en la vida y misión de cada Iglesia particular, especialmente en el ámbito catequístico. En tal sentido, se espera un renovado compromiso de parte de los departamentos de catequesis de las diócesis, que sostenidos por las comisiones para la catequesis de las Conferencias Episcopales, tienen el deber de ocuparse de la formación de los catequistas en lo relativo a los contenidos de la fe.

6. La formación permanente del clero podrá concentrarse, particularmente en este Año de la fe, en los documentos del Concilio Vaticano II y el Catecismo de la Iglesia Católica, tratando, por ejemplo, temas como “el anuncio de Cristo resucitado”, “la Iglesia sacramento de salvación”, “la misión evangelizadora en el mundo de hoy”, “fe e incredulidad”, “fe, ecumenismo y diálogo interreligioso”, “fe y vida eterna”, “hermenéutica de la reforma en la continuidad” y “el Catecismo en la atención pastoral ordinaria”.

IV. En el ámbito de las parroquias/comunidades/asociaciones/movimientos

2. El Año de la fe «será también una ocasión propicia para intensificar la celebración de la fe en la liturgia, y de modo particular en la Eucaristía». En la Eucaristía, misterio de la fe y fuente de la nueva evangelización, la fe de la Iglesia es proclamada, celebrada y fortalecida. Todos los fieles están invitados a participar de ella en forma consciente, activa y fructuosa, para ser auténticos testigos del Señor.

3. Los sacerdotes podrán dedicar mayor atención al estudio de los documentos del Concilio Vaticano II y del Catecismo de la Iglesia Católica, recogiendo sus frutos para la pastoral parroquial –catequesis, predicación, preparación a los sacramentos, etc.– y proponiendo ciclos de homilías sobre la fe o algunos de sus aspectos específicos, como por ejemplo, “el encuentro con Cristo”, “los contenidos fundamentales del Credo” y “la fe y la Iglesia”.

Finalizo, siguiendo las indicaciones de la Nota pastoral, con un llamado a todos los clérigos y a los laicos que, de alguna manera, trabajan con la liturgia, en grupos pastorales o de acólitos: leamos la Sacrosanctum Concilium para que sus 130 puntos sean realmente recibidos y aplicados, y para que la forma ordinaria del Rito Romano sea celebrada con toda la dignidad y el celo que merece el Santo Sacrificio.

“Estoy convencido de que la crisis en la Iglesia, que actualmente atravesamos, se debe, fundamentalmente, a la decadencia de la liturgia, que a veces es concebida de una manera etsi Deus non daretur [como si Dios no existiera], como si en ella ya no importara si Dios existe, nos habla y nos escucha. Pero si en la liturgia no aparece ya la comunión de la fe, la unidad universal de la Iglesia y de su historia, el misterio del Cristo viviente, ¿dónde hace acto de presencia la Iglesia con su sustancia espiritual? Entonces la comunidad se celebra sólo a sí misma, que es algo que no vale la pena, y dado que la comunidad en sí misma no tiene subsistencia, sino que en cuanto unidad, tiene origen por la fe del Señor mismo, se hace inevitable en estas condiciones que se llegue a la disolución en partidos de todo tipo, a la contraposición partidaria en una Iglesia que se desgarra a sí misma. Por eso tenemos necesidad de un nuevo movimiento litúrgico que haga revivir la verdadera herencia del concilio Vaticano II” (Cardenal Joseph Ratzinger, “Mi vida. Recuerdos”).

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7 de febrero de 2012

Jerubikón 'Ýmnon



Himno de los Querubines (Jerubikón 'Ýmnon)


El himno llamado Jerubikón ( "Querúbico") o "de los Querubines" es brevísimo, pero se canta larga y acompasadamente mientras una procesión de ministros, presbíteros y diáconos hacen la Gran Entrada, para llevar al altar el pan y el vino, mostrando en lo que encierra -en sus palabras-, toda la teología mística del Oriente Cristiano. Fue compuesto por Pavel Chesnokov, aunque esta versión no es bizantina sino una versión desarrollada de Dmitri Bortniansky.

Es un hermoso himno digno de ser meditado, acompañado por las bellas fotos que le acompañan en esta ocasión.

Aquí la letra en el original griego (fonética) y luego traducido al castellano:

O’i tá jeroubeím mystikoós e'ikonízontes
--kaí të zoopoioó Triádi tón Triságion 'Ýmnon prosádontes--,
pásan tën biotikën 'apóthómetha mérimnan...
'Os ton Basiléa ton 'ólon 'ypodexómenoi,
tais 'aggelikaís 'aorátoos doryforoúmenon táxesin:
'Allëlouïa!, 'Allëlöuïa!, 'Allëlouïa!

.............................................................

"Los que místicamente somos íconos de los querubines
"--y a la vivificante Trinidad, cantamos el himno Tres veces Santo--,
"todo afán material desechemos...
"Para recibir al Soberano del Todo,
"por angélicas huestes, invisiblemente escoltado:
"¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!

6 de febrero de 2012

El P. Richard responde

Ya es noticia la carta y el artículo del P. Richard Cipolla, sacerdote católico converso del epicopalianismo (versión estadounidense del anglicanismo) que, casado y con dos hijos, decidió contestarle a una compatriota suya, Sara Ritchey, sobre su experiencia como sacerdote católico casado y con hijos.

R.P. Richard Cipolla

Ritchey escribió el 13 de enero en el diario The New York Times un artículo llamado "For Priests’ Wives, a Word of Caution" (algo así como "Para las esposas de los sacerdotes, una palabra de cautela") y que comienza con la sugestiva y malintencionada pregunta: "WHAT will life be like for the wives of Roman Catholic priests?" ("¿Cómo será la vida de las esposas de los sacerdotes católicos?").

La periodista en cuestión, presuntamente profesor asistente de la cátedra de historia medieval europea en la universidad de Louisiana, Lafayette, pretende hacer un raconto de la historia de la Iglesia sintetizando en líneas generales cómo vivían sin celibato los sacerdotes católicos, hasta el Concilio de Letrán I. Contrariamente el objetivo del artículo, como lo sugiere el título del mismo, no es el de criticar a la Iglesia con sus "métodos" calificados (por ya sabemos quiénes) de "inhumanos" o "anti-naturales" que "exigen cruelmente" a quienes desean ofrecer su vida voluntariamente consagrándola al servicio de Dios, sino simplemente decirles a las esposas de éstos: "Cuidado, que el Vaticano ya se olvidó de cómo tratar a las esposas de los curas desde entonces... Por ahora las tratarán bien, pero pronto serán muy mal vistas".
"In this scheme [11th century (...) when the foremost purpose of priestly celibacy was to clearly distinguish and separate the priests from the laity], the mere presence of the priest’s wife confounded that goal, and thus she incurred the suspicion, and quite often the loathing, of parishioners and church reformers. You can’t help wondering what feelings she will inspire today."
 "En este escenario [siglo XI (...) cuando el propósito más importante del celibato sacerdotal era distinguir y separar claramente a los sacerdotes del laicado], la mera presencia de la esposa del sacerdote debilitaba ese objetivo, y por lo tanto ella incurría en sospecha y muy a menudo al odio de parroquianos y reformadores eclesiásticos. No se puede evitar el preguntarse qué sentimientos inspiraría ella hoy".
Ya pueden ver más o menos cómo se perfila el artículo, hasta que finalmente, en uno de los últimos párrafos, toca abiertamente el tema, dando su opinión personal (que seguramente es tan importante que será tenida en cuenta en los próximos estudios vaticanos en la cuestión):
"Given this history, I caution the clerical wife to be on guard as she enters her role as a sacerdotal attaché. Her position is an anomalous one and, as the Vatican has repeatedly insisted, one that will not receive permanent welcome in the church. That said, for the time being, it will be prudent for the Vatican to honor the dignity of the wives and children of its freshly ordained married priests. And here, I suggest, a real conversation about the continuation of priestly celibacy might begin."
"Dada esta historia [de la Iglesia], advierto a la mujer del sacerdote que esté en guardia cuando entra en su rol de "agregado sacerdotal" [o secretaria]. Su posición es anómala y, como el Vaticano ha repetido insistentemente, una que no recibirá bienvenida permanente en la Iglesia."
Comentario en este punto: la Iglesia no dice que no dará la bienvenida a los sacerdotes casados permanentemente, sino que sí se las dará, pero que será siempre una situación extraordinaria, puesto que la disciplina exige celibato. En el artículo está dicho en forma sumamente maliciosa.
"Esto es, por esta vez, será prudente para el Vaticano honrar la dignidad de las esposas e hijos de estos sacerdotes casados recientemente ordenados. Y aquí, sugiero, debe empezar una diálogo real sobre la continuación del celibato sacerdotal"
¡Zas! Ya se lo veía ver. Toda esta basura para decir:

  1. La Iglesia católica aplica arbitrariamente una norma disciplinar para elevar la condición de los sacerdotes del resto de los fieles. Antes de esto había plena libertad de elección. Dicho de otra forma: a la Iglesia le importa un rábano todo e impone exigencias según su parecer.
  2. Esposas de potenciales conversos al catolicismo: piénsenlo dos, tres o cien veces (lo más que puedan) antes de hacerse católicos porque la Iglesia ya olvidó cómo tratarlas. Y si aún así lo hacen, sepan que sufrirán como ninguno (especialmente por mano de los fieles).
  3. Luego de ser históricamente demostrado que el celibato es una mera invención arbitraria vaticana    caprichosamente impuesta por un "tirano", y viendo cómo son aceptados curas casados en la Iglesia, ya es hora de terminar con esta farsa y exigir la eliminación del celibato. Y de paso la comunión de los divorciados, la ordenación de mujeres, etc. ¿Digo, no? El P. Helmut Schüller contentísimo, seguro.

Por suerte hay curas norteamericanos con las botas bien calzadas que salieron a contestarle a la gran letrada Ritchey. Y aquí aparecen Mons. Daniel Hamilton, párroco de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en Lindenhurst, New York, y por supuesto, el P. Richard Cipolla. Ambos contestaron a Ritchey escribiéndole a la editorial del Times, (ver aquí).

R.P. Cipolla, durante una homilía.

Pero la cosa no terminó allí: el P. Richard escribió un artículo publicado en el Wall Street Journal titulado "Being a Catholic Priest—and Married", osea "Ser un sacerdote católico, y casado", en el que escribe parte de su experiencia tras veintiocho años de servicio en la Iglesia católica desde la perspectiva de un sacerdote converso, casado y con hijos. 
En él describe algunos de los retos que encontró a lo largo del camino, como el complicado tema de obtener ingresos para sostener a la familia sin tener que acudir al patrimonio de la Iglesia (algo que ya tenía claro antes de convertirse), la confusión de sus hijos cuando todo el mundo llama "Padre" a su padre, o la tristeza de no poder actuar como un "padre normal". Pero él asume el sacrificio que supone ser sacerdote, e invita a hacerlo a otros, defendiendo a toda costa el celibato sacerdotal.
He aquí un digno ejemplo de sacerdocio. Y como termina diciendo en el artículo,
"Reform of the priesthood is sorely needed today. The answer is not married priests. The answer is priests who understand the sacrifice that is at the center of their lives—whether they are married or not."
"La reforma del sacerdocio es muy necesaria hoy. La respuesta no es el casamiento de sacerdotes, sino que los sacerdotes comprendan el sacrificio que es el centro de sus vidas, estén casados o no."
El P. Richard lo tiene bien claro. Gran parte de la crisis innegable que vive hoy la Iglesia, particularmente hablando del tema del celibato, viene de la incomprensión de la vida sacerdotal. ¿Un ejemplo bien clarito? El movimiento austríaco del P. Schüller. Piden lo mismo que Ritchey (y todavía más).

Recemos por las vocaciones sacerdotales, por sus formadores y por los que hoy ejercen el ministerio.

5 de febrero de 2012

Santa Misa tradicional en La Plata

Estimados lectores y seguidores:

Juventutem Argentina anuncia que a partir del día domingo 5 de febrero a las 12hs. se volverá a celebrar la Santa Misa según la Forma Extraordinaria del Rito Romano en la Parroquia Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, ubicada en Calle 75 entre 6 y 7, Ciudad de La Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina.


Ya el año pasado se ofició regularmente (ver aquí) y esperemos que así siga siendo, por el bien de los fieles católicos que a ella asisten.

Para esto son especialmente necesarias nuestras oraciones. 
"Yo os digo: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá." Lucas XI, 9-10

Cáncer trepador: un cisma silencioso

Con este nombre de "cisma silencioso" se ha etiquetado a una serie de movimientos con fines similares que se han desatado con mayor vigor en estos últimos años. Hablamos sin lugar a dudas de la corriente desatada en Europa (particularmente Austria y Bélgica) y que se ha ido extendiendo o ha encontrado amigos en diversos puntos del globo. Algo que preocupa -o debería preocuparnos, al menos- por la clase de petitorios o exigencias que se le hace a la Santa Sede, que ya dejan de ser asuntos menores para convertirse en cuestiones escandalosas para cualquier religioso católico que se tome las cosas en serio.

Es realmente una pena que países de tradición católica antigua como Austria o Bélgica salgan a hacer peticiones imposibles o exigencias insolentes hacia la Santa Sede. Pero de alguna manera hay que tener cierta comprensión de sus realidades, aunque desde luego no justifiquen esta indeseable situación: son países que han tenido que lidiar con las herejías protestantes desde hace rato, con el germen del Demonio que se cuela por cada fisura que encuentra. Además son dos países que han sufrido durísimos golpes en temas tan aberrantes como el de casos de pedofilia infestados en el clero local, etc. Ello, reitero, no justifica estas acciones, pero nos muestran una desgastada identidad católica, una tensa relación con la jerarquía eclesiástica (que muchas veces a ocultado, no hay que negarlo) muchos de estos escándalos, y por supuesto, esto siempre termina pegándole en la cabeza, de un modo u otro, a la Santa Sede, al Santo Padre.

Volviendo al tema que nos ocupa.
Entre otras cosas, estos religiosos (me aventuraría a entrecomillarlo) piden (o exigen): la admisión de los divorciados en nueva unión a la Comunión, la eliminación del celibato sacerdotal, la ordenación de mujeres, así como la posibilidad para los laicos de realizar la homilía durante la Misa dominical.

Como ya sabemos todos estos puntos son imposibles de llevar a cabo, de una forma u otra. Algunos por las inconveniencias que conllevarían, en primera instancia; luego por toda clase de razones ya canónicas, litúrgicas, magisteriales, teológicas, etc. (como la eliminación del celibato o el hacer la homilía un laico).
Con respecto al divorciado en nueva unión, es decir que ha cometido adulterio (violación directa al Sexto Mandamiento, Ex 20, 14; Dt 5, 17) y que vive en ese estado de pecado y que no podría dejarlo (por ser una nueva unión, civil al menos). Una persona que no está en Estado de Gracia no puede comulgar. Y un divorciado no puede confesar realmente el pecado porque no tiene intención de no reincidir (es decir, de cortar con esa vida de pecado).
Y finalmente, con respecto a la ordenación de mujeres, es imposible también. Escribió al respecto el Beato Juan Pablo II en la Carta apostólica Ordinatio sacerdotalis (1994):
“Si bien la doctrina sobre la ordenación sacerdotal, reservada sólo a los hombres, sea conservada por la Tradición constante y universal de la Iglesia, y sea enseñada firmemente por el Magisterio en los documentos más recientes, no obstante, en nuestro tiempo y en diversos lugares se la considera discutible, o incluso se atribuye un valor meramente disciplinar a la decisión de la Iglesia de no admitir a las mujeres a tal ordenación”. 
“Por tanto, con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos, declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia”.
El tema es sencillo para quien entiende la posición de la Iglesia, es decir, la voluntad del Señor.
Resulta entre patético y triste tratar de comprender cómo estos sacerdotes o religiosos, que alguna vez se formaron en un Seminario (es decir, recibieron educación católica de acuerdo a su estado) han terminado con estas ideas en la cabeza, que van contra la enseñanza que ellos mismos han recibido. No sé si es bronca contra la institución de la Iglesia, si es ignorancia respecto a su Magisterio y Tradición, o si es simplemente un brote de "anarquía-reformista" parecida a los tiempos de la "Reforma protestante", que por cierto terminó bastante mal. O si es una suma de todas las anteriores.

Conclusión: acá se está gestando algo muy desagradable (el líder del "Llamado a la desobediencia" en Austria ya declaró lo poco que le importaría ser excomulgado, por ejemplo) que, si no se contiene/ resuelve pronto va a hacerse bastante más serio de lo que ya es.

Orate pro Ecclesia unitatis.

Se puede consultar aquí un artículo de Andrea Tornicelli sobre el tema, traducido por La Buhardilla de Jerónimo.

4 de febrero de 2012

Santa Iglesia Peregrina

Hace un rato cree un nuevo blog cuya finalidad consiste en la de ayudar y ser herramienta para los católicos en su lucha contra el mundo y contra sí mismos, haciendo hincapié en lo que el Santo Padre ha llamado "Nueva Evangelización".

Como este espacio se dedica exclusivamente a difundir la riqueza de la Iglesia en perspectiva de la Tradición y junto a la luz del Magisterio y de las Sagradas Escrituras, haciendo hincapié en la Liturgia, he decidido crear un espacio aparte para este tema.

El nuevo blog se llama "Santa Iglesia Peregrina" y su dirección es http://santaiglesiaperegrina.blogspot.com/
Sobre el nombre del blog, como saben, hay tres estados en la Iglesia según la Comunión de los Santos:
1- La Iglesia Peregrina en la tierra, que nos reúne a todos los hijos de Dios en su Iglesia.
2- La Iglesia Purgante (en el Purgatorio), que reúne a aquellos que han fallecido y que aún poseen en su alma secuelas del Pecado que es necesario purificar.
3- la Iglesia Triunfante, ya glorificada en el Cielo, que son los Salvos que viven en Gracia eterna junto al Señor.
"Así pues, hasta que el Señor venga en su esplendor con todos sus ángeles y, destruida la muerte, tenga sometido todo, sus discípulos, unos peregrinan en la tierra; otros ya difuntos, se purifican; mientras otros están glorificados, contemplando 'claramente a Dios mismo, uno y trino, tal cual es." (LG #49)
Dice el Catecismo de la Iglesia Católica, citando L.G. #49:

"Como todos los creyentes formamos un solo cuerpo, es decir, (los del cielo y los de la tierra), el bien de los unos se comunica a los otros... es, pues, necesario creer que existe una comunión de bienes en la Iglesia. Pero el miembro más importante es Cristo, ya que Él es la cabeza... Así, el bien de Cristo es comunicado a todos los miembros, y esta comunicación se hace por los sacramentos de la Iglesia".
"La unión de los miembros de la Iglesia peregrina con los hermanos que durmieron en la paz de Cristo de ninguna manera se interrumpe. Más, aún, según la constante fe de la Iglesia, se refuerza con la comunicación de los bienes espirituales". 

Saludos en Cristo y María.

2 de febrero de 2012

Inmimente revisación del Missale Romanum



FIUV afirma: Revisión del Missale Romanum en camino 

La Federación Internacional Una Voce (FIUV) ha publicado hoy una carta (PDF), firmada por su Presidente, Leo Darroch, en la cual se lee: 
“Se ha sabido que se ha comenzado los trabajos en Roma para la revisión del Misal de 1962. Como ha sido la norma en años recientes, estas materias se han conducido discretamente y hechas públicas solamente cuando el documento relevante es promulgado, viz: Summorum Pontificum y Universae Ecclesiae. El muy estrecho ámbito de competencia dado por el Santo Padre a la Pontificia Comisión Ecclesia Dei en su carta que acompañaSummorum Pontificum [7 de Julio de 2007] es que: “...se podrán y deberán inserir nuevos santos y algunos de los nuevos prefacios. Ningúnos otros cambios fueron sancionados. El Papa Benedicto XVI también afirmó que “La Comisión "Ecclesia Dei", en contacto con los diversos entes locales dedicados al usus antiquior, estudiará las posibilidades prácticas”. 
Aquellos que están “dedicados al usus antiquior” deben continua y cuidadosamente asegurar que este específico y estrecho ámbito no sea excedido por aquellos en Roma o en cualquier otra parte, que deseen socavar la integridad del Misal de 1962 al demandar la inclusión de algunas de las novedades que fueron introducidas en la liturgia posterior a 1962.
 [...]
Tras la publicación del motu proprio Summorum Pontificum, el Presidente de la Foederatio Internationalis Una Voce presentó un documento a la Comisión Ecclesia Dei en Junio de 2008. Ahora que el trabajo de modificación del Misal de 1962 ha comenzado, puede ser tiempo de republicar este documento, en una forma actualizada, para aclarar, una vez más, el deseo y las aspiraciones de los miembros de la Federación Una Voce. 
En ese punto se reproduce la aludida carta de Junio de 2008. Al final hay un adendo en donde se lee (énfasis original): 
"Aunque algunos han comentado que Universae Ecclesiaetodavía no deja claras algunas cuestiones, lo que está perfectamente claro es que el Santo Padre ha restaurado completamente para la Iglesia universal el rito tradicional Romano tal como está consagrado en los libros litúrgicos de 1962, que las rúbricas en vigor en 1962 deben ser estrictamente observadas, y que el latín y el Usus Antiquiordeben ser enseñados en los seminarios en donde hay una necesidad pastoral. Y esta necesidad pastoral debe ser determinada por aquellos que desean beneficiarse de Summorum Pontificum y Universae Ecclesiae, y no ser decidida por los muchos en autoridad cuyo deseo natural es evitar su aplicación."
30 de enero de 2012

¿Revisión del Missale Romanum? Antecedente próximo
[Como se había informado en una entrada anterior,] para la Federación Internacional Una Voce (FIUV) es un hecho que habrá una revisión del Missale Romanum, aún más, los trabajos ya habrían comenzado. Sin embargo, esta circunstancia en realidad no es nueva, por lo cual nos tomamos la libertad de recordar un funesto (y gracias a Dios, fallído) intento de modificar las celebraciones litúrgicas según el Missale Romanum acaecido en el pasado reciente.
En el boletín de Junio de 1998 de la asociación Inter Multiplices Una Vox, se consignaban las propuestas del entonces secretario de la Pontificia Comisión «Ecclesia Dei», Mons. Camille Perl, hechas de manera informal, para modificar la celebración de la liturgia tradicional, las cuales, en teoría, corresponderían a algunas exigencias expresadas por el Concilio Vaticano II.
¿Y cuales habrían de ser los cambios propuestos en aquel entonces por Mons. Perl? Las vamos a nombrar simplemente sin pasar a analizarlas.
1— La lectura de la Epístola y del Evangelio se deberían hacer con el celebrante sentado, es decir, sin su intervención. 
2— En el Ofertorio, después del Oremus del celebrante, habría de introducirse la llamada “Plegaria Universal”, popularmente conocida como “oración de los fieles”. 
3— Cantar la oratio super oblata ó Secreta, y cantar la Doxología(Per Ipsum...) del Cánon. 
4— Cantar el Benedicat vos y abolir la lecura del Último Evangelio (Initium sancti Evangelii secundum Ioannem) 
 31 de enero de 2012.